El peor incendio ocurrido en Andalucía en la última década y que logró controlarse ayer tras arrasar 26.700 hectáreas de Huelva y Sevilla y causar dos muertos además de más de un millar de desalojos de familias en los últimos tres días, tiene visos de sofocarse pronto y podría estar completamente apagado el domingo. Por el contrario, el que afecta al Algarve portugués continúa fuera de control.

En el caso del fuego andaluz, en la jornada de ayer sólo quedaban activos dos focos aislados después de que los servicios de extinción de incendios sofocaran esta madrugada los frentes más peligrosos de este fuego de graves daños, sobre los que la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, dijo que estudiaría la posibilidad de pedir ayudas a la UE, informa Efe.

También el presidente andaluz, Manuel Chaves, se comprometió a elaborar un Plan de Restauración Forestal en un plazo de un mes, después de que ayer anunciara la provisión inmediata de un fondo de 700.000 euros en ayudas sin descartar aumentar la cantidad según se conozcan las necesidades.

Mientras, el incendio que arrasa desde el pasado lunes una amplia zona del sur de Portugal sigue sin ser controlado. En la región turística lusa del Algarve, devastada estos días por las llamas, trabajan más de 660 bomberos. En la región del Algarve, una veintena de personas de la localidad de San Brás de Alportel fueron desalojadas esta mañana de sus viviendas ante la cercanía de las llamas, al igual que en la pasada madrugada cuando decenas tuvieron que ser evacuadas y pasaron la noche en la Casa de la Misericordia.

El fuego ha destruido casas deshabitadas, pajares y edificios destinados a la agricultura y ganadería. Además de este incendio en el Algarve, Portugal sufre hoy otros 15 más en todo su territorio continental, aunque éstos se encuentran ya controlados o en fase de vigilancia para que los rescoldos no se aviven.