La distribución y comercialización de energía eléctrica no es sólo cosa de grandes empresas como Endesa o Iberdrola. En Extremadura, éstas conviven con un pequeño ejército de suministradoras, que en muchos tienen un ámbito de actuación exclusivamente local. Son revendedoras de energía, pues se la compran en alta tensión a las empresas grandes y la conducen hasta los hogares de sus clientes.

MERCADO REDUCIDO Las pequeñas distribuidoras tienen el 15% del mercado extremeño. La de mayor tamaño es el grupo Pitarch, que abastece a medio centenar de pueblos de la provincia de Cáceres y parte de la capital. En conjunto, estas distribuidoras pueden sumar una facturación de aproximadamente 36 millones de euros (unos 6.000 millones de pesetas).

Las hay que sólo tienen un empleado, como es Distribuidora Eléctrica del Valle de Santa Ana, según Promoredex. Se trata, en definitiva, de empresas familiares que han resistido a las ofertas de compra de las grandes.