Se marcha "con la conciencia bien tranquila", pero sin aclarar qué hacía exactamente en la consulta de una óptica privada en la localidad lusa de Elvas y si conocía o no que incumplía con ello la ley de incompatibilidades de los cargos de Gobierno de Extremadura. El ya exconsejero de Salud y Política Social, Francisco Javier Fernández Perianes, sembró muchas dudas durante su comparecencia de ayer para anunciar que en la noche del martes, tras conocerse esa labor privada, presentó su "dimisión irrevocable" al presidente extremeños, José Antonio Monago, que la aceptó sin reparos. En apenas siete minutos ante la prensa, admitió cuatro preguntas antes de levantarse y marcharse sin contestar a la última, y se limitó a destacar que no ha obtenido ninguna retribución "por la labor asistencial que haya podido realizar puntualmente" durante los tres meses que ha estado como consejero y ha compartido con su labor en la consulta privada, ya que este trabajo lo ha hecho "exclusivamente" por su "vocación como médico".

Sin embargo, "la mera duda sobre mi persona o sobre mi capacidad moral me obliga moralmente a esta decisión de ejemplaridad pública", insistió para eliminar cualquier duda que "ponga en entredicho el esfuerzo, el trabajo y la responsabilidad que está desarrollando el Gobierno de Extremadura, y en este caso, la Consejería de Salud y Política Social".

En su intervención antes de las preguntas de los periodistas, defendió su forma de trabajar. "Quiero que los extremeños sepan que he hecho lo que en conciencia creía y tenía que hacer, y sé también lo que tengo que hacer ahora", recalcó, a la vez que destacó que tiene la "conciencia bien tranquila" de sus actuaciones "en todos los sentidos", pero que ha dimitido porque no quiere "empañar la labor de gobierno que se está haciendo". Por eso, en estos "momentos tan difíciles" es cuando "más que nunca, hay que ser tan honrados como que si hay la más mínima duda o la más mínima sospecha, sea verdad o sea mentira, uno tendrá que dar un paso atrás".

Sin embargo no aclaró nada sobre si pasaba o no consulta en Elvas, y finiquitó con un "no merece la pena" abundar en el desconocimiento que dijo tener de que esta actividad se anunciaba en un periódico local.

Perianes fue despedido con un largo aplauso por la cúpula de la consejería presente en la sala.