Aumento de la población y dispersión geográfica. Son los dos criterios básicos que han marcado la línea divisoria entre las comunidades autónomas desde el primer momento en el que se comenzó a hablar del diseño de un nuevo sistema de financiación. Las regiones de la costa mediterránea (Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia y Baleares), además de Madrid, han defendido la necesidad de que el crecimiento demográfico sea una variable prioritaria en el futuro modelo --estas comunidades son las que más han crecido en los últimos años debido a la inmigración--, mientras que desde Extremadura, Castilla y León, Aragón o Galicia se ha insistido en que se debe dar mayor peso a la dispersión geográfica --dado que resulta más costoso prestar los servicios básicos en territorios más extensos--. El estudio realizado por la Universidad de Extremadura pone de manifiesto que unos y otros tienen argumentos sólidos para defender su postura.

La emigración saturalos servicios sanitarios

Uno de los datos recopilados por Luis Murillo, Juan Morillo, Marcelino Sánchez y Juan Vega en su estudio es la cifra de usuarios del sistema sanitario que tiene cada territorio en función de sus recursos, es decir, el número de tarjetas sanitarias que hay en cada comunidad por cada centro de salud, cada hospital o cada médico.

En este sentido (como se puede observar en el gráfico adjunto) los territorios que más han crecido en los últimos años son los que muestran peores tasas. Así, por ejemplo, en Madrid hay casi 25.000 usuarios por cada centro de salud, mientras que en Andalucía, Baleares, Cataluña, Murcia, la Comunidad Valenciana y Canarias superan los 18.000 por ambulatorio. La media española está en 15.600 usuarios por centro y Extremadura es, por detrás de Castilla-La Mancha y Galicia, la tercera región que registra menos saturación en sus centros de salud --10.361 tarjetas de media--. Y lo mismo ocurre si se observan los ratios de pacientes por cada médico de familia o las camas hospitalarias por cada mil habitantes.

El tamaño del territoriocondiciona los servicios

Como recuerdan los autores del estudio, el hecho de que una región tenga mayores recursos sanitarios o educativos por habitantes que otra no supone que esos servicios sean más accesibles para sus ciudadanos. El tamaño del territorio y el reparto de sus habitantes en ese espacio condiciona la prestación de esos servicios.

Eso es lo que reclaman comunidades como Extremadura, Castilla y León, Castilla-La Mancha o Aragón: que se tenga en cuenta la dispersión geográfica. Y es que mientras en Cataluña hay un centro de salud por cada 93 kilómetros cuadrados, en Extremadura hay uno cada 394 y en Aragón, uno por cada 414 kilómetros. Es decir, aunque hay comunidades que tienen una mejor dotación de recursos en función de su población, el tamaño de su superficie resta calidad a los servicios básicos.

La necesidad de buscarotros criterios

"Ni la población por sí sola, ni tampoco la superficie son criterios adecuados a la hora de analizar la equidad con la que la atención sanitaria y educativa son prestadas en un país o región", señalan Luis Murillo, Juan Morillo, Marcelino Sánchez y Juan Vega, que consideran que es necesario recurrir a otros indicadores que ponderen ambas dimensiones en su "justa medida" para realizar comparaciones entre regiones. Ellos han utilizado y proponen el criterio de la accesibilidad en función del tiempo medio que se tarda en acceder a esos recursos. Si se observan los datos y se comparan con las variables de población y dispersión, este criterio también prioriza el interés de las regiones castigadas por su extensión geográfica.