Tras las elecciones del 25-M, el mapa municipal de Extremadura quedó claramente escorado hacia el PSOE, que se alzó con 210 gobiernos municipales, más del 60% del total. Por provincias, la primacía socialista se plasmó con mayor contundencia en Badajoz, donde más del 66% de los consistorios fueron a parar a sus manos, mientras que en Cáceres no alcanzaban por poco el 60%.

Lejos, muy lejos, quedaba el segundo partido de la región, el PP, que, en conjunto, no llegaba al 27% de las alcaldías, con 90 alcaldes afines. Por compensación, el varapalo mayor se daba en la provincia pacense, donde los populares apenas lograban el 20% de los gobiernos locales, tres veces menos que el PSOE. En Cáceres, el desequilibrio fue sólo de 28 puntos, al quedar el PP con el 31,6% de los ayuntamientos. Ya a mucha distancia, los independientes gobiernan en el 5% de los pueblos, IU en el 3,3%, EU en el 1,8%, y Siex y Creex, con un único alcalde, se anotan el 0,3%.

EL PESO DE LAS CIUDADES

Sin embargo, el abismo entre socialistas y populares en lo que se refiere a número de poblaciones donde gobiernan, se atenúa bastante si para medir la fuerza de unos y otros se atiende al presupuesto que manejan.

Así, si en alcaldes el PSOE gana por 36 puntos, en términos de presupuesto, la ventaja de los ediles socialistas se reduce a quince puntos (53,3% frente a 38,4%). En términos absolutos, y según los datos del Ministerio de Administraciones Públicas, los ayuntamientos extremeños acumulan en conjunto un presupuesto de más de 684 millones de euros, de los que 365,2 millones corresponden a los municipios socialistas y 262,8 millones a los populares.

La razón de esta diferencia entre poder municipal y poder económico que de aquel se deriva es obvia: las tres ciudades más pobladas de la región están en manos del PP, y el peso en habitantes se traslada al volumen presupuestario. Como ejemplo, valga reseñar que el Ayuntamiento de Badajoz contó en el 2002 (último año que registra el ministerio), con 71,4 millones de euros. Mientras, la media de ingresos por municipio cacereño es de 1,3 millones de euros. Es decir, en términos de gasto local, gobernar la ciudad de Badajoz equivale a hacerlo en 55 poblaciones cacereñas.

EL CASO PLASENCIA

Esta situación podría haberse visto acentuada si no se hubiese producido la fractura popular en Plasencia. Así, de haber ganado el PP en la capital del Jerte, la incorporación de este ayuntamiento casi no hubiese tenido impacto en términos de poder político, pero hubiera provocado que el PSOE viese limitada su capacidad presupuestaria global al 50% de la región, mientras el PP avanzaría hasta el 42%.

Por otra parte, los datos del ministerio reflejan un gran desequilibrio entre las capacidades de gasto medias de los ayuntamientos de una y otra provincia. Así, los municipios pacenses disponen de tres millones de euros como presupuesto medio, mientras que los cacereños tienen que conformarse con la tercera parte.