Para Pilar Iglesias, presidenta de la Asociación de Vecinos del placentino barrio de Gabriel y Galán, lo peor ya ha pasado. Según explica, los grandes conflictos se originaron a raíz de las ocupaciones ilegales de inmuebles, un problema resuelto a medias con el desalojo de esos vecinos y que espera concluya definitivamente con la rehabilitación de los edificios. "Los han dejado a medias y a ver si la Junta retoma los trabajos otra vez". Iglesias señala que las ocupaciones generaron complicaciones --"muchos eran vecinos conflictivos"--, pero afirma que todo "se ha tranquilizado". Por eso puntualiza: "No se nos puede comparar con barrios como Aldea Moret o Los Colorines, nosotros solo tuvimos un problema puntual que ya se ha solucionado". A pesar de todo, pide más vigilancia para evitar que los coches aparquen dentro del parque.