¿Es menos seguro volar en las compañías de bajo coste? ¿El recorte de gastos revierte en la seguridad? Las aerolíneas afectadas responden con un rotundo no a estas preguntas. Un responsable de Virgin Express argumentó recientemente que las compañías "están sometidas a las rigurosas leyes sobre operaciones de vuelos" que rigen en Europa, "que no distinguen entre compañías tradicionales y de bajo coste".

Y añadía que la aplicación de las leyes "es controlada por las autoridades de aviación civil a través de inspecciones, controles y auditorías, siendo éstas igual de estrictas para unos como para otros".

Los expertos del sector, sin querer caer en ningún caso en el alarmismo, advierten que las cosas no son tan simples. Un portavoz del Sindicato de Pilotos (Sepla) asegura que una parte del ahorro que obtienen procede de recortar las labores de mantenimiento, por ejemplo, a la hora de efectuar las revisiones rutinarias. "Todas las compañías regulares aprovechan las escalas para que un técnico de mantenimiento revise el avión, pero esto no lo hace ninguna de bajo coste, salvo que lo pida el piloto", cuenta el portavoz sindical.

Otro tanto podría decirse de los pilotos, con empleos más precarios y sin apoyo sindical, y más sujetos a las presiones de las aerolíneas.