Hace dos días, Telefónica presentaba sus resultados del periodo enero-septiembre de este año, que mostraban unos beneficios netos de más de dos mil millones de euros, mejorando de manera notable su situación respecto al ejercicio pasado. Sin embargo, el impacto del acuerdo de bajas incentivadas está aún por determinar, y puede lastrar las cuentas, ya que, sólo este año, supondrá un desembolso de 1.350 millones, y, al final del periodo de vigencia del acuerdo, rondará los 4.000 millones de euros.

La operación de venta de inmuebles debería servir para, al menos parcialmente, mejorar esta situación. Sin embargo, todo apunta a que las subastas no están funcionando como se esperaba, y la compañía ha ralentizado la salida a la venta de los edificios para que los precios no caigan.

Así, según informó Expansión, el primer intento de vender directamente dos inmuebles, uno en Madrid y otro en Barcelona, quedó frustrado y sólo se vendió el de la Ciudad Condal. Posteriormente, salieron a la venta, a grandes inversores, otros 40 edificios, pero las ofertas sólo alcanzaron a doce.

Tampoco la llamada fase II parece estar funcionando bien, y Telefónica ha decidido no poner aún precio a la fase III .