"El destino de un pueblo depende del valor que sus gobiernos dan a la cultura". Así explicó Zapatero el último de los ejes de su programa: convertir la cultura en otro hito del respeto a la pluralidad española y en una cuestión de Estado. "Seré beligerante en la promoción y apoyo a las creaciones culturales españolas y en la difusión internacional de las lenguas de España", manifestó. Su referencia al "talento de los cineastas" recibió abucheos del PP.

Los actores protagonizaron una de las mayores protestas contra Aznar.