Tanto tiempo pidiendo que el domicilio fiscal de la empresa gestora de la Central Nuclear de Almaraz y ahora resulta que el pago de sus impuestos en Extremadura no implica un beneficio directo para las arcas regionales. Así lo explicó ayer el consejero de Industria, Energía y Medio Ambiente, José Luis Navarro, en una comisión celebrada en la Asamblea y lo confirmaron a este diario fuentes jurídicas.

La clave está en los principales impuestos de la actividad industrial: el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) y el Impuesto de Sociedades (en caso de que sea una sociedad y no una persona física, como suele ocurrir en estos casos, la que recibe el beneficio por el trabajo de la central). En este último caso no hay dudas, por tratarse de un tributo que no está transferido a las comunidades autónomas y, por tanto, recibe y reparte el Estado se pague donde se pague.

Pero sobre el IVA sí que ha habido mucha controversia. La semilla la puso el anterior presidente de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, el 22 de febrero del 2006 cuando, tras la celebración de un Consejo de Gobierno Extraordinario en Granja de Torrehermosa, condicionó su apoyo a la prórroga de Almaraz tras el 2010 a que fijara su domicilio fiscal en Extremadura. Entonces dijo que la planta generaba unos 300 millones anuales en IVA y que con el modelo de financiación autonómica que se estaba negociando (actualmente en tramitación), las comunidades podrían recibir el 50% de este impuesto que se generara en sus territorios.

Cierto es que, de aprobarse el nuevo modelo, la cesión del IVA a las autonomías pasará del 33% actual al 50%, pero este tributo no se reparte en función de lo que genera cada territorio, sino de lo que consume. De este modo, al hacer el Estado una imputación indirecta en función del consumo en cada región (que calcula el Instituto Nacional de Estadística), el lugar físico de la recaudación es irrelevante.

No obstante, el consejero de Industria aseguró ayer que la Junta mantiene su pretensión de que Almaraz sea gestionada por una sociedad mercantil con domicilio fiscal en la región. Ahora es una comunidad de bienes que el 22 de abril fijó su domicilio fiscal en Extremadura y que se integra en la Agrupación de Interés Económico Centrales Nucleares Almaraz-Trillo, de la que forma parte otra entidad similar de la planta alcarreña.

Ese traslado no supone, como se pensó inicialmente, que los principales impuestos que paga la central (estimados en torno a los 200 millones) pasaran a repercutir en la región, aunque sí otros de menor entidad. Sin embargo, tampoco que esa comunidad de bienes se convirtiera en sociedad mercantil tendría ese efecto, dado que se trata de impuestos que, como se ha explicado, van a las arcas del Estado que, posteriormente en el caso del IVA, reparte el 33% (o el 50%, si se aprueba el nuevo modelo de financiación) entre las comunidades en función de su consumo.

Sin embargo, el consejero de Industria indicó que la tributación en la región sí influiría, por ejemplo, a la hora de hacer balanzas fiscales "que algunos utilizan como arma arrojadiza". Es por ello, aseguró, que la Junta mantiene su pretensión de que Almaraz tribute a través de una sociedad mercantil con domicilio fiscal en Extremadura.

De momento, fuentes de la planta explicaron que el cometido de la comunidad de bienes es la producción de energía. Después, hay una serie de contadores que miden cuánta se produce y qué parte corresponde a cada una de las propietarias de la central extremeña --Iberdrola (52,7%), Endesa (36%) y Gas Natural (11,3%)-- y es la Comisión Nacional de Energía la encargada de determinar cuánto facturan estas empresas que, por tanto posteriormente, pagan sus impuestos en base a ese beneficio obtenido allí donde tiene su respectivo domicilio fiscal.