Miembros de las brigadas Judicial y de Estupefacientes de la Jefatura Superior de Policía han concluido la operación más importante contra el tráfico de drogas que se ha realizado en la historia reciente de Extremadura, que se ha saldado con la aprehensión del mayor alijo de estupefacientes, en este caso 215,5 kilos de hachís y 15 de polen de hachís, y con la detención de siete personas, cinco varones y dos mujeres de entre 22 y 28 años. Se ha identificado a otras tres personas, que lograron huir, por lo que la intervención sigue abierta a día de hoy.

La delegada del Gobierno en Extremadura, Carmen Pereira, y el jefe superior de Policía, Eusebio Escribano, manifestaron su satisfacción por el éxito de esta operación policial, que tras cuatro meses y medio de investigación concluyó la noche del pasado domingo. Ambos señalaron que la información obtenida permitirá realizar nuevas actuaciones, como de hecho ocurre, pues ya hay otra en marcha.

Eusebio Escribano explicó que esta actuación ha requerido un notable esfuerzo de los agentes, incluso habló del "sacrificio de la Brigada Judicial", gracias a lo cual "hemos podido emplearnos a fondo, porque eran muy escurridizos", refiriéndose a los miembros de la que "quizás sea una de las mayores redes de introducción de esta sustancia en la capital pacense y tal vez en toda Extremadura", a cuyo mercado estaba destinado el hachís, a ciudades como Cáceres, Badajoz, Mérida e incluso Portugal.

DISCRECION ABSOLUTA Las investigaciones las han llevado exclusivamente funcionarios de Badajoz "inmersos en la más absoluta discreción, hasta que finalmente lograron ubicar el piso-zulo donde los traficantes hacían acopio de la mercancía" --dijo el jefe policial--, situado en una casa de Ciudad Jardín.

Esta era la residencia habitual de uno de los detenidos, una persona libre de sospecha, sin antecedentes y que recibía una apreciable cantidad de dinero mensual por ser el depositario de la mercancía ilícita. Este lugar era donde los propietarios reales de la misma la distribuían para abastecer a otros traficantes de menor entidad. Asimismo, se hicieron otros tres registros domiciliarios con las preceptivas órdenes judiciales, en Cerro de Reyes, Gurugú y María Auxiliadora.

La labor de los agentes ha encontrado muchos obstáculos, según Escribano, por las medidas de seguridad tomadas por los propietarios de la drogas, cuyos principales cabecillas, "no arriesgaban en absoluto".

De hecho, el lugar exacto donde se almacenaba la mercancía sólo lo conocían los principales cabecillas, dos de ellos. Y sólo uno, el itinerario que seguían los vehículos de transporte, siempre en horarios y carreteras diferentes y con la participación de dos o tres turismos. La policía decomisó 9 coches y un quad.

La droga incautada, los 215,5 kilos de hachís y 15 de polen, además de un número menor de pastillas de éxtasis y piscotrópicos ha sido valorada en torno a los tres millones de euros.

La delegada del Gobierno y el jefe superior de Policía manifestaron que la "organización delictiva se considera totalmente desmantelada", si bien no se descartan algunas detenciones más, por cuanto hay al menos otros "tres individuos perfectamente identificados que no han podido ser localizados hasta el momento" porque lograron huir. También señalaron que "se analiza la cuantiosa información relacionada con el caso, fundamental para ahondar en las raíces del tráfico de drogas en la región".