La Sociedad Española de Cardiología y el Servicio Extremeño de Salud (SES) han puesto en marcha un proyecto para formar a los 1.391 policías locales que hay en la región para que, ante un parada cardíaca, estén capacitados para atender en poco tiempo a quien lo necesite. Los policías utilizarían unos aparatos, denominados desfibrilizadores semiautomáticos, que permiten reanimar a una persona inconsciente mediante una descarga eléctrica.

La idea es dar pequeños cursillos de formación en las academias de policías, para las nuevas promociones, y en las jefaturas, para los agentes que ya están en plantilla, según informó a EL PERIODICO el director general de Asistencia Sanitaria del SES, Dámaso Villa.

IMPORTANCIA DEL TIEMPO "Casi todas las veces es la policía local la que primero llega a una urgencia. Por eso, por muy rápidos que intenten ser los servicios sanitarios de emergencias, cuando se produce una parada cardíaca, los segundos cuentan y son indispensables para salvar una vida. Este proyecto pretende aumentar las posibilidades de resucitación", señaló Villa.

Sin embargo, según ha podido comprobar este diario, la mayoría de agentes de policía de la región desconocen todavía este proyecto, y algunos de los que han oído hablar de él se muestran algo recelosos por "la responsabilidad que conlleva". Es el caso de Pedro Calderón, jefe de policía de Villanueva de la Serena. "Todo lo que sea salvar vidas, bienvenido sea. Ahora bien, es un tema muy complicado y no entra dentro de las funciones propias de la policía. Además requiere unas serie de conocimientos sanitarios y mucha responsabilidad. Creo que debería reflexionarse mucho. Si al final se hace, nos deben dotar de unos buenos medios para que todo salga bien", afirmó Calderón.

Las enfermedades relacionadas con el corazón son la principal causa de muerte en los países occidentales, según asegura Gonzalo Marcos, cardiólogo del Hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres y expresidente de la Sociedad Extremeña de Cardiología.

MORTALIDAD PREHOSPITALARIA "Los infartos tienen una inmensa mortalidad prehospitalaria, el 40% de las personas que sufren una parada cardíaca no llegan al hospital. De estos, el 80% muere. Sin embargo, --señala Marcos-- la mortalidad disminuye hasta un 10% si el enfermo va al hospital".

El problema, según este cardiólogo, es que no se actúa sobre toda la población, "porque no todo el mundo acude al médico, ni a todo el mundo se le detecta que tiene riesgo de sufrir un infarto". Por eso, para el doctor Marcos esta iniciativa es "bastante positiva", porque de esta manera, con policías locales que sepan utilizar el desfibrilizador, se pueden salvar más vidas.

El proyecto extremeño pertenece a una campaña que está llevando a cabo la Sociedad Española de Cardiología por todo el país y que pretende crear ciudades cada vez más "cardioprotegidas". Según Josep Brugada, cardiólogo del Hospital Clinic de Barcelona y vicepresidente de esta sociedad, lo que se pretende es "sensibilizar a la población y concienciar a los políticos de este problema y de las posibilidades de salvar vidas si se dispone de un desfibrilizador y de los conocimientos necesarios para utilizarlo".