La estructura de la pirámide financiera es perversa en si misma y su supervivencia sólo es posible si van entrando nuevos asociados que pasan a formar parte de la cadena. La lógica de la red piramidal es endógena y su crecimiento acaba teniendo límites dado que el número de personas que puede entrar tiene un límite tanto natural como de disponibilidad económica para participar en este tipo de negocios rápidos.