"A un mes de las oposiciones sé que no voy a conseguir nada por más que estudie". Desalentador pero real. Pese a ello Isidro Regañas no pierde la ilusión de obtener una de las tres plazas de profesor de Informática convocadas para este año. "Es imposible" aunque vuelva a rozar la perfección. Lo sabe porque ya le ha pasado. En la anterior convocatoria, en el 2008, sacó un 9,68 en el examen y sin plaza se quedó. Esa nota le sirvió al menos para entrar como interino y en estos dos años apenas ha parado de trabajar.

Tiene 31 años, es de Badajoz y ha pasado por Mérida, Coria y vuelta a Mérida, donde está como docente desde septiembre, por eso dice: "me ha tocado la lotería". Pese a que vuelva a sacar la máxima nota en el examen --es un 9,5-- no conseguirá más que mantenerse en el puesto 23 de la lista de interinos de la que forma parte o mejorar poco, pero seguirá alejado de la plaza. El problema es la experiencia con la que ya cuentan otros interinos aunque saquen menos nota. "Esto debería revisarse", considera. "Te vienes abajo cuando ves tu puntuación y tu posición en la lista, pero cuando te llaman se te va pasando", comenta. Ello le mantiene con ilusión en esta nueva convocatoria para conseguir la estabilidad laboral que busca. "Quiero comprarme un piso y necesito sacar plaza cuanto antes".

Algo de vocación y las pocas plazas de informático en otros sectores, le llevaron a opositar por primera vez en el 2008, aunque la desazón tras el resultado después de dedicar 7 u 8 horas diarias a estudiar le hicieron plantearse examinarse fuera de la región, una idea que ha desechado.