Todo dependerá de hacia dónde sople el viento. La decisión de desalojar las localidades de San Vicente y Valencia de Alcántara fue, en pocas horas, tomada y suspendida, en función del avance de los incendios que asolan esta comarca.

Al cierre de esta edición, los vecinos de las dos poblaciones permanecían en sus casas, pero la evacuación no estaba descartada, y por ello se encontraba preparada una flota de más de un centenar de autobuses, así como alojamientos para 3.000 personas en Cáceres, en polideportivos y residencias, otras 1.800 en el CIMOV cacereño y 500 en el polideportivo de Alburquerque.

La película de los hechos arrancaba a las siete de la tarde, cuando el presidente de la Junta comparecía ante los medios de comunicación para anunciar que se había tomado la decisión de evacuar Valencia de Alcántara, ya que las llamas se encontraban a pocos kilómetros de la población y el viento empujaba el fuego hacia el casco urbano, lo que suponía un riesgo real de intoxicación por humo e, incluso, de que algunas casas se viesen afectadas por las llamas.

MAS DE 15.000 PERSONAS

Esto suponía movilizar, al menos, a 6.000 personas que residen habitualmente en la localidad, a los que habría que sumar otras 2.000 desalojadas de las pedanías anteriormente y acogidas en el polideportivo de Valencia, así como un número por determinar de personas que pasan allí sus vacaciones, con lo que el total podría rondar las diez o doce mil personas.

Asimismo, Rodríguez Ibarra explicaba que hacia las cinco de la tarde se había planteado la evacuación de San Vicente de Alcántara, que cuenta con unos 6.000 vecinos, pero que minutos más tarde el viento cambió de dirección y alejó el incendio de la población.

Respecto a La Codosera, el presidente del Ejecutivo regional indicó que, por el momento, no se preveía el desalojo, ya que el fuego no se aproximaba a la localidad, situación que se repetía en Grimaldo, pese a que las llamas avanzaban en dirección a Riolobos.

Ibarra apuntó también que los evacuados de Valencia a través de la N-521, por Salorino, serían alojados en instalaciones públicas de Cáceres, Arroyo de la Luz, Malpartida de Cáceres y Casar de Cáceres, así como en el CIMOV, y que se había pedido a Cruz Roja en Madrid que enviase mil camas para estas personas.

En cuanto a San Vicente, comentó que, de ser necesario el desalojo, saldrían en dirección Badajoz, por la EX-110, para ser albergados en la base de Botoa, el polideportivo de La Granadilla y el antiguo hospital provincial.

Pocos minutos después de este anuncio, todo cambió. Un portavoz de la Junta explicó que los cortafuegos habilitados por los bulldozer, ayudados por un cambio favorable del viento, habían cerrado el paso a las llamas que amenazaban Valencia, por lo que se suspendía, en principio, la evacuación.

En cualquier caso, la situación no es definitiva, ya que se temía que la caída de la noche avivase el incendio, ya que las temperaturas continuarán muy altas y los retenes no podrán contar en esas horas con el apoyo de aviones y helicópteros, por lo que no se descartaba que finalmente tuviese que llevarse a cabo la evacuación prevista durante la pasada madrugada.