No había ánimo de cambio. Así de sencillo. Este es el análisis que el PP realiza de los resultados del 25-M que les ha dejado un buen sabor de boca al haber conseguido detener el desgaste político del Prestige y la guerra contra Irak. El electorado ha optado por la moderación que los populares venden como marca del centro político y ha atendido a los requerimientos de José María Aznar en la campaña de no dar alas a "aventuras" y "radicalismos".

La satisfacción de los dirigentes populares era patente ayer, tras analizar con calma y lupa el veredicto de las urnas. Un "éxito rotundo", en palabras del secretario general del PP, Javier Arenas, que hay que adjudicar a un "gran partido" y a su líder. Aznar es el "político que más credibilidad y confianza despierta en España", subrayó.

COMO HACE CUATRO AÑOS

Los populares ya vaticinan que la falta de ganas de acabar con el ciclo político que ellos representan se extenderá a las generales del 2004. En las reuniones que ayer mantuvieron los más destacados dirigentes del PP se sacó la conclusión de que la foto política de toda España apenas se diferencia de la de hace cuatro años. El cómputo total de votos atestigua que el PSOE sólo aventaja en cuatro décimas a los conservadores. Para la cúpula del PP esto es un empate técnico si se quiere extrapolar el resultado a unas elecciones generales. Mantener casi los mismos apoyos que hace cuatro años es, según el número dos del PP, el "premio a un comportamiento coherente" de los electores que apuestan por la "reforma" y la "serenidad".

"Ha sido el fracaso de los que vaticinaban un vuelco". "¡Con la que han organizado en estos meses!", apostilló, e invitó al líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, a "reflexionar", sobre los resultados de su estrategia.

Los populares consideran que el PSOE no ha sabido administrar su papel de oposición durante los meses de la guerra, al igual que sucedió en la crisis del chapapote. "A través de la descalificación del adversario no se ganan elecciones", afirmó Arenas, para respaldar esta teoría.

El número dos del PP destacó que la "puerta del diálogo" con el PSOE en temas de Estado como la política exterior, inmigración o terrorismo, "está abierta".

La reflexión que, según los populares, debe emprender Zapatero tiene que extenderse también a Cataluña. Tras mejorar el resultado global catalán, el PP vuelve a hurgar en la herida socialista. Arenas reiteró el "error" en que ha incurrido el PSC y, sobre todo, su líder Pasqual Maragall, de deslizarse hacia posiciones nacionalistas radicales.

La apuesta personal del presidente del Gobierno y líder del PP por obtener un buen resultado en las últimas elecciones que él dirigirá, ha tenido réditos. La presencia casi permanente de Aznar durante los quince días de campaña ha conseguido movilizar a su electorado escondido en el primer trimestre del año, una de las etapas más críticas del jefe del Ejecutivo en los siete años que lleva en el poder.

DESIGNAR SUCESOR

Los resultados permiten al líder del PP cumplir, con más sosiego del que algunos preveían, su calendario para la designación de sucesor. Las urnas han conjurado cualquier indicio de adelantar este debate cuya resolución se conocerá el próximo otoño.

Aznar, con un amplio respaldo en las urnas, ha demostrado, según sus fieles, que no se equivocaba en su estrategia contra la oposición. Ahora tendrá las manos libres para diseñar la sucesión y, sobre todo, ejecutarla.

El líder del PP valorará cuál de los posibles candidatos a recoger su testigo tiene más cualidades para administrar bien la herencia. Tras el 25-M no hay nuevos candidatos. Los tres vicesecretarios del PP --Rodrigo Rato, Mariano Rajoy y Jaime Mayor Oreja--, siguen siendo los mejor situados.

El rotundo éxito de Alberto Ruiz-Gallardón provocó en la noche electoral que el nombre del futuro alcalde de Madrid saltara de boca en boca como un nuevo aspirante a ser el cartel electoral del 2004. Aunque, para algunos todavía no es el momento.