Sin comparecencia pública. Con un escueto comunicado de 12 líneas intentó el PP zanjar, que no aclarar, el escándalo surgido ayer. En la nota, suscrita por César Díez Solís, secretario regional, se muestra "respeto" hacia los "motivos personales" de Monago, y se añade que si este "no reconsidera su postura" se realizará otra propuesta para cubrir su vacante en el Senado. También se indica que la dirección regional pide "disculpas por la situación" y confía en que se solventará en los próximos días. Al tiempo "rechazan" las "críticas interesadas de quienes pretenden sacar provecho de una situación anormal". Eso es todo.

Más claro se mostró el exportavoz parlamentario de los populares, Javier Casado, quien demandó que una gestora tome las riendas ante la falta de autoridad "moral y real" de los actuales dirigentes. Si tal gestora es inviable, Casado pide un congreso abierto a todos los militantes. A su entender, el PP "ha tocado fondo", por lo que debe darse "una revolución desde la base" si es que se quiere que los populares ganen en Extremadura. Además, explicó que lo que daña al partido no son declaraciones como la suya, sino "el silencio cómplice" y "los bandazos".

Tampoco se anduvo por las ramas el vicepresidente del Partido Popular en la provincia de Badajoz, Pedro Acedo, quien aseguró entender las declaraciones de Monago de hace unos días cuando dijo que tenía bastante con el trabajo en el ayuntamiento, pero demandó una explicación por su renuncia al Senado a las 24 horas de ser designado.

Acedo indicó que no se conoce ningún problema sobrevenido en esas horas que haya podido modificar la decisión de Monago, "y hay que explicar a los militantes qué ocurre porque el daño para el PP está siendo grave y no nos merecemos este circo". También reclamó que Floriano deje la Presidencia regional "una vez que ha decidido irse voluntariamente al Congreso" y sea sustituido en la forma en que marcan los estatutos.