Revienta la campaña en un torbellino de cohetes y nuevas tecnologías. Los partidos que concurren a los comicios no escatiman en medios atractivos para que los presuntos votantes se queden encandilados con sus propuestas electorales; bueno, o con el envoltorio de sus propuestas al menos. Utilizan los más avanzados medios que la ciencia haya puesto nunca al alcance de los niños de 14, que son los que saben utilizar estos medios de verdad.

El PSOE entrega incluso un vídeo que, como algunos de los lectores saben, se puede pasar a DVD para verlo en casa. Es increíble.

Luego, está el razonamiento. ¿Qué argumento se necesita para convencer a un habitante de Navalcarnero de que escoja una papeleta y no otra? Los estrategas de los partidos lo tienen: unos, la retirada de las tropas de Irak; otros, la filtración de informes desde la Moncloa a la CNMV. Siempre hay aguafiestas que intentan decir que eso no tiene nada que ver ni con la autonomía ni con la vida municipal. ¡Qué error! ¿Es que un castellanomanchego se va a preocupar más por el trasvase Tajo-Segura que por los manejos de Francisco González con fondos de inversión? Ignoran esos listillos que el mercado de valores lo es también de valores morales. Ese tipo de mensaje tiene, además, algunas virtudes: la primera es que los artífices de las propuestas no tienen que pensar mucho.

Eso se adorna con un paquete de medidas copiado de internet, como se ha hecho en Canarias. La segunda es más importante, porque consolida el Estado de las autonomías. Ahora que la gente se cabrea porque en la comunidad vecina se ha eliminado el impuesto de sucesiones y en la propia no, coincidir en estas cosas, desde cabo de Gata hasta Finisterre, une mucho.

Y así ha empezado la cosa hoy a las cero horas y un minuto. "Nosotros no mentimos", "la corrupción ha vuelto", "reivindiquemos nuestros bailes regionales". El problema de España se va a solucionar en esta campaña.

En todas partes pasa lo mismo. Salvo en ese pequeño lugar de la Galia donde habita una raza superior, algunos de cuyos miembros tienen la odiosa costumbre de disparar en la nuca.

Vamos a ver qué nos dicen estos días.