Un total de 113 empleados de Telefónica en Extremadura (50 en Cáceres y 63 en Badajoz) se han acogido ya al expediente de regulación de empleo (ERE) suscrito por la empresa y los sindicatos el pasado verano, según la información que maneja CCOO. El acuerdo contempla unas indemnizaciones a quienes acepten la prejubilación o cualquier otra posibilidad de baja incentivada recogida en el acuerdo que suponen una media de 250.000 euros por trabajador.

En toda España, han sido 5.400 los empleados que han optado ya por esta fórmula, superando con creces las previsiones de la empresa que, sin embargo, no ha utilizado la facultad que le otorga el pacto de denegar las solicitudes que estime oportunas si se produce una avalancha de peticiones.

El acuerdo estará vigente hasta el 2007, y prevé la salida de Telefónica de alrededor de 15.000 trabajadores, de los que unos 300 serían extremeños.

MAYORES DE 50 AÑOS Dentro del colectivo de empleados de la firma, la mayor parte de solicitudes han venido de los que cuentan con entre 52 y 59 años, según publica Cinco Días, copando el 90% de las bajas.

Además, la avalancha de solicitudes incrementará de manera notable el coste de la operación durante este ejercicio, ya que se esperaba un reparto más equilibrado de las bajas, y lo que ha ocurrido es que más de un tercio de las previstas se han producido en el primero de los cinco años de vigencia del plan.

De este modo, la ERE supondrá que Telefónica tenga que pagar unos 1.350 millones de euros a los trabajadores que se marchan, es decir, 144 millones de euros más de lo previsto.

ADAPTACION La estrategia de la compañía consiste en aprovechar el viento favorable que ahora sopla para sus negocios para hacer una completa restructuración de la plantilla, adaptándola a los nuevos tiempos.

Así, por un lado, se trataría de reforzar la parte comercial y prestar más atención a las necesidades del cliente, y, por otro, adaptar los puestos de trabajo, puesto que las nuevas tecnologías han hecho que sobre muchos empleos en las áreas técnicas, de mantenimiento y de red, puesto que las necesidades de personal en estos apartados se han reducido un 80%, y muchas máquinas funcionan solas.