Directivos, columnistas y reporteros de influyentes diarios de Europa y EEUU defendieron ayer la libertad de información para abordar el fenómeno del terrorismo frente a los intentos de manipulación, tanto por parte de los poderes públicos como de los violentos. Los siete periodistas intervinientes en la mesa redonda Medios de comunicación y terrorismo: ¿amigos o enemigos?, en la cumbre de Madrid, subrayaron que los informadores tienen un compromiso con los ciudadanos y no con los gobiernos.

El debate, coordinado por el consejero delegado de Prisa, Juan Luis Cebrián, contó con la participación del director de El Periódico de Catalunya , Antonio Franco; el editor de Le Monde, Jean-Marie Colombani; el subdirector de Die Zeit, Matthias Naas; el director gerente del Corriere della Sera, Giannini Riotta; el columnista del diario turco Milliyet Hasan Cemal; el columnista del Herald Tribune John Vinocur, y la periodista de The New York Times Judith Miller, condenada a 10 meses de prisión por negarse a revelar la identidad de su fuente en una noticia sobre Irak.

Franco invocó los atentados del 11-M para plantear cómo el interés de los ciudadanos por la verdad chocó con la política informativa del Gobierno, que se empeñó en atribuir la autoría de la masacre a ETA. "Nos exigen unidad y cohesión contra el terrorismo, como si fuese un factor sublime, y eso muchas veces nos trae problemas", dijo.

Alegó que los periodistas están "al servicio de los ciudadanos, no de los gobiernos". Franco señaló que, los informadores deben explicar el terrorismo con "rigor" y con "todos sus matices". En el caso de Irak, consideró "lícito" distinguir entre "actos terroristas contra la población civil" y "acciones a veces desesperadas" contra el Ejército invasor, aunque ambas se ejecuten con coches bomba.

Cebrián también incidió en el dilema de las denominaciones. Incluso equiparó a los golpistas del 23-F con terroristas aunque fuesen guardias civiles, puesto que "utilizaban las mismas armas y perseguían los mismos objetivos" que los violentos.

PACTOS DE SILENCIO Riotta sentenció que los medios han dejado de ser el campo de batalla del terrorismo para convertirse en la "diana". Dijo que él y otros periodistas conocieron las negociaciones del Gobierno de Berlusconi para liberar a la colega italiana del diario Il Manifesto secuestrada en Irak, pero accedieron a guardar silencio para no poner en peligro la operación.

No obstante, Riotta expresó sus dudas sobre la conveniencia de esos acuerdos de silencio. Argumentó que "cuanto más se dice, más se ayuda a la libertad y la democracia", aunque reconoció que, en la práctica, puede resultar peligroso divulgar ciertas informaciones. Miller, de The New York Times , alertó de que los derechos civiles están en "peligro de erosión" por la forma de responder al terrorismo.