Una lección de humildad. José Luis Rodríguez Zapatero regaló ayer el oído a Mariano Rajoy al convocarle a recorrer a su lado el camino hacia la paz. Calificó de "esencial" la colaboración del PP para que el proceso que se abre con el comunicado de ETA llegue a buen fin y reconoció los méritos del principal partido de la oposición en su lucha contra el terrorismo. "Tengo confianza en ustedes", aseveró. Y prometió "máxima información y máxima colaboración" al PP para que se sienta interlocutor privilegiado del Gobierno en esta "cuestión de Estado", pero sin eludir el concurso de "todas las fuerzas políticas" en el reto de lograr la paz.

Con gesto severo, Zapatero llegó al Congreso tres minutos antes de las cuatro de la tarde, hora de la semanal sesión de control al Gobierno. Tenso, recorrió los escasos metros que separan la entrada de la zona reservada al Gobierno. De ella salió dos minutos después flanqueado por la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, para entrar al hemiciclo. El control versaba ayer sobre el Estatuto de Cataluña y la ley de dependencia, pero el alto el fuego de ETA invadió las preguntas al presidente, que se vio forzado a adelantar el mensaje que había previsto para una posterior declaración institucional.

Gaspar Llamazares (IU) rompió el hielo. Zapatero expuso en su respuesta los ejes de la posición del Gobierno: "Cautela y prudencia". Y lanzó su repetida advertencia, la convicción que le impedía esbozar una sonrisa: "Después de tantos años de horror, será un proceso duro, largo y difícil". Se refirió a "la memoria de las víctimas", a las que prometió tener "siempre" en su "ánimo", y agradeció el trabajo de las fuerzas de seguridad y la determinación de la sociedad vasca para sobrevivir al terror.

Y llegó el turno de Rajoy, con el que el presidente había conversado telefónicamente poco antes de las 2 de la tarde, tras una primera llamada fallida antes de las 13.00 que pilló al líder del PP en plena presentación de un libro sobre la historia de su partido. El líder del PP matizó en el pleno la dureza con la que

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