Nadie, en el entorno de Aznar, se atreverá a decirle que es cosa bien distinta tener una cita con la historia que que la historia te cite. Y al presidente español la historia, que ni se controla con mayoría absoluta ni se puede desoír desde el atascamiento intelectual, le juzgará como el presidente de la joven democracia española que embarcó a su país en la guerra de la infamia.Y esa historia que no se puede manipular añadirá algo más sobre el jefe del Gobierno español. Dirá que tal día como ayer

Aznar consumó su divorcio con la sociedad española y anuló el esfuerzo de sus antecesores para desarrollar la democracia española. Aún más. Destacará que el cuarto presidente ´democrático´ español cometió todos los disparates posibles: éticos, jurídicos, constitucionales... contra los intereses españoles y su ciudadanía, contra la legalidad internacional y el principio de soberanía. Y que por todo ello, los españoles, hartos de tanta regresión, le alejaron del poder.