Al margen de que las asignaciones presupuestarias para el tren de alta velocidad en su recorrido por Extremadura han venido siendo raquíticas, el problema añadido es que, a la hora de la verdad, los fondos ni siquiera se han aplicado.

Así, por citar algún ejemplo, en el presupuesto del 2001 sólo se tenían contemplados 1,5 millones de euros, pero lo cierto es que, finalizado el año, se había invertido poco más de un millón.

Más grave aún es lo sucedido en el ejercicio siguiente, donde de los 2,4 millones de euros presupuestados para todo el trazado, el Ministerio de Fomento reconoció, en un informe remitido al Congreso, que no había gastado absolutamente nada.

Para el presente ejercicio aún no hay constancia de que se haya emitido informe alguno sobre el grado de ejecución presupuestaria, aunque vistas las actuaciones realizadas, y el hecho de que la descripción de la aplicaciones presupuestarias para el próximo año vuelven a repetir que se destinarán a "estudios relativos a los tramos", cabe suponer que la situación no ha mejorado mucho.

El único rayo de esperanza es que una parte del trazado, el Navalmoral-Cáceres, se ha asignado al Gestor de Infraestructuras Ferroviarias, con una partida para el 2004 de 9,5 millones, lo que garantiza una tramitación mucho más ágil del proyecto.