Cuando Cementos Balboa comenzó a funcionar en el año 2005, hacía década y media que una cementera no se ponía en marcha en España (la anterior se construyó en 1980 en la población almeriense de Carboneras). Esta industria, la única en su género existente en Extremadura, supuso una inversión de más de 120 millones de euros. Las obras comenzaron en el 2002 y durante tres años generaron una media de 350 puestos de trabajo. "Es la cementera más moderna de Europa y una de las punteras de todo el ámbito internacional, así como la más respetuosa con el medioambiente", aseguraba poco tiempo antes de su inauguración uno de los responsables de la planta.

Inició su actividad en pleno boom del ladrillo, con unas previsiones de facturación de 60 millones de euros al año (un 10% del volumen de ventas que tenía el Grupo Alfonso Gallardo por aquel entonces).

Con una plantilla de 115 trabajadores, Cementos Balboa tiene una capacidad de producción anual de 1,4 millones de toneladas de cemento, que se comercializan tanto a granel como en sacos. Sus principales mercados están en Extremadura y sus comunidades limítrofes, en especial Andalucía y Castilla-La Mancha.