La inflación en Italia bajó al 1,7% en el 2007, un descenso de tres décimas respecto al año anterior, y el mejor dato desde el año 2000, según datos del centro de estadísticas Istat. Los datos son oficiales y acreditados, pero no coinciden con la percepción de los consumidores. Lo afirman organizaciones como Adusbef o Federconsumatori, que señalan que la inflación creció el 3,5% en el último año, 1,8 puntos más de lo calculado por Istat.

La polémica no es nueva. Este año, sin embargo, el jefe de Gobierno, Romano Prodi, se inventó a un comisario especial y lo llamó Míster Precios. Su deber será vigilar los aumentos injustificados de precios y sancionar posibles infracciones. En diciembre, el cargo se aprobó con la ley de presupuestos y ayer Prodi nombró al economista italiano Antonio Lirosi para el puesto.

Quizá así se frenen los rápidos incrementos de los precios de los productos básicos. Lo que más ha enfurecido a los italianos es que los incrementos afectaron a algunos de los alimentos más populares, como el pan (+12,6%) y la pasta (+8,6%).