La suspensión cautelar del maestro de Los Glacis salió a la luz el pasado 28 de octubre a raíz de un comunicado de la Junta de Extremadura, motivada por una denuncia de abusos sexuales presentada por los padres de una alumna. Desde aquel momento, el maestro ha recibido numerosas muestras de solidaridad. Este caso destapa un hecho no desconocido por las instituciones ni por la sociedad, en general,: el desánimo y la desmotivación que sufre el profesorado ante la falta de apoyo y reconocimiento. Al menos, eso es lo que se puso ayer de manifiesto en la concentración, donde los docentes no defendían personalmente a un profesor, que casi ninguno conocía, sino la dignidad del colectivo.

"El problema es la denigración social del profesorado, ya no tenemos credibilidad, los padres ponen en duda nuestra palabra y creen más a las niños, y la Administración cree más a los padres, que son los votantes, que a nosotros", explicó Antonia Francisca Adamez, una maestra del colegio Leopoldo Pastor Sito. "Nos ofenden, nos insultan y nos amenazan, hoy en día esta es una profesión de alto riesgo".

Ante esta situación, se sienten desprotegidos, según Manuel Pérez, del IES Zurbarán, quien reconoció que "yo no defiendo al compañero, ni le ataco, sino que me quejo porque la consejería cree antes a los padres y no hay posibilidad de disciplina en las clases, lo que pasa en las aulas es un reflejo de la sociedad".

En un corrillo, una maestra comentaba cómo se está coartando la afectividad y las relaciones personales, tan necesarias, entre el alumno y el profesor. "Ya no nos atrevemos ni a subirle las bragas a una alumna de infantil como no sea delante de otra compañera", dijo una de ellas.

Algunos madrugaron para sumarse a la manifestación, como un grupo de 17 docentes del colegio Calderón de la Barca, que recorrieron en un microbús los 160 kilómetros que separan Zalamea de la Serena de la capital pacense.

Para el presidente de la Freapa, Rafael Delgado, ésta es "la huelga del miedo de los profesores, porque les están transmitiendo la idea de que pueden ser acusados por los padres, y de la intimidación a los padres".