Los profesores de la región apuestan por reducir a los 14 años la enseñanza obligatoria y plantean un sistema educativo que ofrezca más alternativas a los alumnos y que elimine, de forma paralela, la promoción automática. En esta línea, la encuesta deja claro que los docentes extremeños tienen muy claro cómo es el modelo que quieren.

Como primera premisa básica apuntan la necesidad de despolitizar la educación, al tiempo que opinan que antes de acometer cualquier tipo de reforma los partidos políticos deben contar con su opinión. Otro de los aspectos primordiales es, en su opinión, que se garantice una mayor implicación de los padres en la educación de sus hijos.

Por lo que se refiere a las alternativas para los alumnos, los profesores apuntan la conveniencia de que se reduzca el periodo de educación obligatoria para que no se fuerce a los jóvenes a permanecer en el sistema educativo --algunos marcan los 14 años como la edad máxima-- y que se establezcan itinerarios alternativos a una edad más temprana. En esta línea, algunos proponen que se introduzcan más asignaturas enfocadas a la FP pensando en los jóvenes que no seguirán estudiando.

La mayoría de los educadores coincide en la importancia de que no exista la promoción automática, de forma que los estudiantes repitan curso si suspenden tres asignaturas o si son dos de las consideradas básicas, como Matemáticas y Lengua.

ESTUDIANTES CONFLICTIVOS En el caso de los estudiantes más conflictivos, piden que no sean admitidos en los centros a partir de los 15 ó los 16 años, y algunos propugnan que si deben mantenerse en el sistema se creen grupos específicos para atenderles.

Los docentes aseguran que para mejorar el sistema es necesario acometer un incremento de la actual plantilla educativa para permitir que en las aulas se garantice un máximo de entre 15 y 25 alumnos. Por último, recalcan que en ningún caso se debe dar el título de Secundaria a quien no haya aprobado todas las asignaturas de ESO y que deben permitirse unas mayores medidas disciplinarias para atajar la conflictividad en las aulas.

Otras de las propuestas que realizan, aunque en este caso con apoyo minoritario, incluyen una revisión a la baja del currículo para "eliminar el conocimiento inútil", que el profesor tenga más autoridad y que sea el claustro el que designe al director del centro educativo.