La Dirección General de Protección Civil decidió ayer mantener, por sexto día consecutivo, la situación de alerta meteorológica por altas temperaturas en toda Extremadura. Además, las provincias andaluzas de Sevilla y Córdoba también siguen en la misma situación.

Según la previsión del Instituto Nacional de Meteorología, los termómetros volverán hoy a superar los 40º en muchos puntos de la región y, además, las mínimas no bajarán de 24º en numerosas zonas, dada la estabilización de una masa de aire caliente al nivel del suelo.

Para los próximos días (miércoles, jueves y viernes) las predicciones tampoco son más optimistas, puesto que se anuncia que las temperaturas continuarán en el entorno de los 40º, si acaso con una levísima bajada que apenas ayudará a aliviar la sensación de intenso calor que la región sufre desde el pasado jueves.

NUEVA MAXIMA EN MERIDA

El domingo, de nuevo, y por tercer día, Mérida se convirtió en la ciudad más calurosa de España. Así, el observatorio emeritense registró 44º de máxima, por encima de Córdoba, con 42,3º; Morón, con 41,3º, o en la ciudad de Sevilla, con 40,8º.

En cuanto al resto de observatorios extremeños, el de Badajoz registró 41,7º, el de Cáceres una máxima de 40º, Plasencia 42,3º, Navalmoral de la Mata 42,8º, Almendralejo 40,3º y Llerena 39,5º. Las hora de la madrugada tampoco trajeron un alivio, puesto que Plasencia y Navalmoral no bajaron de 25º, y Mérida, Llerena y Don Benito se quedaron muy cerca, mientras que en Badajoz y Cáceres se rondaban los 22º o 23º.

Este panorama de temperaturas muy altas durante el día y que tampoco descienden significativamente por la noche, aumenta de manera considerable el riesgo de extensión de los incendios. Según señaló el consejero de Desarrollo Rural, lo normal es que el descenso de los termómetros en la madrugada frene la extensión de las llamas, "pero no si esa temperatura se mantiene por encima de 24º".

López Iniesta explicó que en algunas zonas la humedad relativa estaba en apenas el 14%, muy por debajo de lo que es habitual incluso en verano. En estas condiciones, comentó, los árboles, aunque estén verdes, se convierten en verdaderas bombas , que prenden con facilidad ante una pequeña chispa que les afecte.