La primera jornada del paro anunciado por los transportistas españoles comenzó desde las primeras horas del día con la presencia del algunos piquetes en los pasos fronterizos y en los grandes mercados del país que trataban de impedir el paso de los compañeros que no secundaron la huelga. Durante la mañana ya eran importantes las retenciones en las vías de acceso a ciudades como Madrid, Valencia, Barcelona o Bilbao, con carreteras colapsadas por decenas de camiones que circulan a baja velocidad y que bloquean carriles o centros de distribución.

En Madrid, la M-40 registró por la mañana hasta 20 kilómetros de tráfico lento y retenciones entre Villaverde y Hortaleza en los alrededores de Mercamadrid donde agentes de la Policía Nacional tuvieron que disolver un grupo de piquetes informativos que cortaban la entrada al mercado, y también se registraron retenciones en la A1 y la A6.

En el País Vasco, en la frontera con Francia, los piquetes bloquearon el paso a los camiones a los que obligaban a permanecer en el arcén, y aquellos que intentaban continuar su camino, sobre todo conductores portugueses y españoles, fueron agredidos con piedras.

Mientras, en Cataluña los piquetes impidieron el paso de camiones en la frontera de La Jonquera y en el peaje de La Roca del Valls, lo que ha provocado retenciones kilométricas en ambas zonas. Además, en los alrededores de ambos peajes se acumularon centenares de camiones que se encontraban bloqueados. Las protestas alcanzaron la ciudad de Barcelona, donde un centenar de manifestantes cortaron el tráfico y realizaron una marcha lenta que provocó retenciones en la zona y colapsó todo el tráfico de la ciudad condal.

También hubo retenciones en Valencia, donde los piquetes bloquearon la salida de camiones en las áreas de servicio de la Font de la Figuera, mientras que en Galicia, pese a que la huelga es total, no se registraron incidentes, aunque el tráfico sí sufría las consecuencias del paro.