La provincia de Badajoz se convertirá en breve plazo en la segunda de España en producción de biodiésel (carburante sustitutivo del gasóleo obtenido a partir de cultivos, principalmente colza o girasol) y pondrá en el mercado 305.000 toneladas de biocombustible por año, sólo por detrás de La Coruña, que sumará, cuando entren en funcionamiento las tres plantas proyectadas, 400.000 toneladas por año. La expansión de este sector industrial puede tener además un importante efecto de arrastre sobre la economía agrícola, sumida en continuos sobresaltos por las revisiones de las Organizaciones Comunes de Mercado (OCM) de diversos cultivos, donde se propugna una creciente desvinculación de ayudas, es decir, que se cobre en función de medias históricas de subvención y no en función de la producción.

De este modo, muchos agricultores extremeños podrían cambiar sus cultivos actuales hacia los denominados energéticos orientados a la producción de biocarburante, y que ahora cuentan con una ayuda de 45 euros por hectárea, que podría alcanzar los 90 euros por hectárea a medio plazo. Sólo para suministrar a las plantas en construcción extremeñas, se necesitaría cultivar alrededor de 400.000 hectáreas de colza --suponiendo un rendimiento medio de 1,7 toneladas de semillas por hectárea en secano--. En este momento, en toda España apenas se cultivan 6.000 hectáreas de colza, que no llegan ni de lejos para producir las 224.000 toneladas de biodiésel de las plantas ya en funcionamiento, por lo que debe importarse el aceite para hacer el combustible.

LA MAYOR DE EUROPA Por lo que se refiere a las iniciativas industriales en marcha, la más espectacular es la planta que ya se construye en Valdetorres, a cargo de Bioenergética Extremeña, y que supone una inversión de 43 millones de euros. Cuando abra sus puertas a la vuelta de unos pocos meses se convertirá en la mayor fábrica europea de biodiesel, con una producción anual de 250.000 toneladas.

Los promotores de esta planta --las familias Hinojosa Vacas (75%) y la sociedad Catalana D´iniciatives (25%)-- prevén importar cada año 260.000 toneladas de aceite de soja y palma para producir biocombustible.

Sin embargo, ya se estudia como alternativa el uso de la jatropha, arbusto originario de India y Malasia que ofrece un rendimiento mucho mayor. Según una portavoz de la empresa, la idea es introducir este cultivo en Extremadura a corto plazo, para lo que se están realizando estudios para lograr una variante resistente a las heladas. Si esta investigación da resultado, la misma portavoz señaló que para abastecer la factoría haría falta la producción de alrededor de 80.000 hectáreas de jatropha en regadío, "y nos gustaría impulsar este cultivo desde el mundo de las cooperativas".

A este proyecto se suman otras dos iniciativas algo más modestas. Por un lado, la impulsada por Greenfuel Extremadura en Los Santos de Maimona, con una inversión de 14 millones de euros, que podría empezar a producir en septiembre. Esta fábrica suministraría 35.000 toneladas anuales de biodiésel a partir de girasol, soja y colza. Como en el caso anterior, al principio la idea es importar la materia prima aunque se espera que a medio plazo se abastezca de semillas producidas en Extremadura, para lo que se suscribió un acuerdo con el Grupo de Empresarios Agrarios (GEA).

Por otro, Biodiex también tiene bastante avanzado su proyecto para invertir 17 millones de euros en la puesta en marcha de una planta que produciría 20.000 toneladas de gasóleo verde . También aquí se pretende que la materia prima --colza, maíz o girasol-- sea producida por los agricultores de la zona.

En total, para cumplir los objetivos marcados por la UE para el 2010, que son cubrir el 5,75% del consumo de combustibles con biocarburantes, España debería producir alrededor de dos millones de toneladas de biodiésel por año. Las plantas en proyecto, construcción o funcionamiento en todo el país superarían de largo esa posible demanda, ya que suman una producción de casi tres millones de toneladas. En todo caso, la indicación de la UE marca un objetivo mínimo, y ya se anuncia como objetivo el 10% del consumo para el 2020, es decir, para el caso español, más de tres millones de toneladas como mínimo.