Muy pocas cosas parecen estar claras en torno al proyecto que la empresa ICG 2000 Industrialización SL presentó a mediados del pasado año para construir una gran industria cárnica en la localidad de Trujillo. El denominado Centro Industrial Cárnico de Alta Tecnología (Cicat-1), se dijo entonces, supondría una inversión de unos 50 millones de euros y la creación de 250 puestos de trabajo directos.

El objetivo era tener operativa esta factoría en la primavera del año próximo. Sin embargo, a día de hoy en el ayuntamiento trujillano indican que los promotores "por aquí no han vuelto a aparecer" y las dudas se acrecientan si se tiene en cuenta que esta misma compañía, una sociedad limitada con 3.006 euros de capital social --según einforma --, ha anunciado otros dos proyectos prácticamente gemelos tanto en inversión como en creación de empleo en la localidad orensana de Xinzo de Limia y en la leonesa de Cubillos del Sil.

Fernando Ramón, presidente de ICG 2000 Industrialización SL, ha asegurado a este diario que la intención de seguir adelante con los tres proyectos anunciados es firme. "Llevamos gastados en Extremadura 2,5 millones de euros, no vamos a dilapidar semejante cantidad de dinero", dijo Ramón. Es más, adelantó que hay un cuarto Cicat por el que "están peleándose" otras dos autonomías. De ser así, entre los cuatro la inversión rondaría los 200 millones de euros.

"Se ha retomado (el proyecto), y con la Administración autonómica va todo bien, y esperamos de aquí a finales de febrero haberlo formalizado ya todo", señaló el presidente de ICG 2000, si bien en la Vicepresidencia Segunda y Consejería de Economía de la Junta niegan haber colaborado en modo alguno con esta empresa, colaboración que tampoco se ha mantenido desde Presidencia ni desde Industria. En este último departamento aclaran que esta planta, "por sus dimensiones y características, necesitaría de Informe de Impacto Ambiental. Es un proceso amplio y por el momento en esta consejería no ha entrado ninguna documentación".

A Extremadura Avante (entonces Sofiex) sí que llegó el año pasado un dossier con la iniciativa, pero fuentes de esta empresa pública de capital riesgo indicaron que tras el "estudio preliminar" se descartó participar en ella "por su falta de consistencia. No llegó ni siquiera a la fase de análisis".

DURANTE LA PRESENTACION Todo esto contrasta con las declaraciones que, durante la presentación en Trujillo de la iniciativa, hizo el director general de este proyecto, Francisco Javier Hernández, resaltando el gran apoyo institucional que estaban recibiendo: "Los primeros, la Junta de Extremadura, y en ella su presidente, nos está apoyando desde el primer momento, y no solo ha puesto las consejerías a nuestra disposición, sino que además las hemos usado, les hemos pedido ayuda, consejo, colaboración, asesoramiento y nos lo han demostrado con una agilidad magnífica".

Se da la circunstancia de que esta misma sociedad fue en el 2009 la adjudicataria del concurso para el arrendamiento de las instalaciones del matadero municipal de Badajoz --también la única que concurrió a él--, presentando un proyecto industrial muy similar al de Trujillo. La cárnica renunció a la concesión tras no presentar el aval necesario, de 8,4 millones de euros.

"De momento no sabemos nada. No han vuelto a aparecer por aquí", explica la alcaldesa de Trujillo, Cristina Blázquez. "Hemos hablado con ellos y dicen que les sigue interesando el proyecto", añade la alcaldesa, que aunque reconoce que en él ha habido algo "extraño desde el principio", pide "prudencia". "Si vienen se les dará todo el apoyo", dice Blázquez que, eso sí, cuestiona que los movimientos de tierra puedan comenzar a finales del mes próximo, como dice pretender ICG 2000. "Dudo que tengan en este tiempo todo lo que les hace falta".

Fernando Ramón, declara, en cambio, que "se le mandó una documentación (al Ayuntamiento de Trujillo), pero estamos a expensas de que nos contesten".

Por otro lado, distintas fuentes de la industria cárnica consultadas, tanto regionales como nacionales, han mostrado su extrañeza por las características del proyecto y tampoco ninguna de ellas ha podido dar referencia alguna del Grupo ICG (al que se supone que pertenece ICG 2000). De hecho, en varios casos han asegurado que esta compañía, que tiene su domicilio social en Madrid, "no son gente conocida en el sector", a pesar de que Ramón sostenga que sus comienzos se remontan a 1961, con el matadero de Xinzo de Limia, que han sido entradores de ganado (abastecedores) en Madrid y que también cuentan con un centro cárnico en esta comunidad, aunque "muchísimo más pequeño" que los proyectados ahora.

El Cicat-1 se presentó como una industria que va a contar con la más avanzada tecnología del sector cárnico, transformando carne en crudo tanto de vacuno como de cerdo blanco para la venta y distribución diaria a grandes superficies. "400.000 barquetas diarias de medio kilo, peso exacto y tamaño idéntico", dice Ramón, que se destinarían tanto al mercado español como al portugués.

Como razón para haber escogido Trujillo, Francisco Javier Hernández aludió en junio pasado a la gran cantidad de materia prima disponible en la zona, que también ofrece "una logística bastante buena y grandes oportunidades de desarrollo industrial". Respecto a cómo se iba a hacer frente al elevado coste que sus construcción y puesta en marcha significaría, declaró que "lo afrontará la propia empresa y también participarán entidades financieras".

A fines de septiembre, ICG 2000 manifestó haber recibido ya algo más de trescientos currículos de ciudadanos de toda la comunidad autónoma interesados en optar a uno de los 250 puestos de trabajo fijos que la empresa insiste en que va a crear. Ramón detalló entonces que se contratarán, entre otros profesionales, a trabajadores para el servicio de limpieza, personal especializado en maquinaria industrial, un químico, contables, informáticos y veterinarios. Además, incidió en que la empresa destinará unos 2,5 millones de euros para formar a todas estas personas mediante cursos específicos de manera previa, unos cursos que tendrían lugar mientras se desarrollase la construcción de la planta.