El proyecto de alta velocidad entre España y Portugal está llamado a ser el tema estrella de la XIX Cumbre Hispano-Lusa que se inicia mañana en la ciudad portuguesa de Figueira da Foz. Pero el encuentro servirá también para fijar posiciones en asuntos económicos bilaterales entre ambos Gobiernos, como el futuro mercado ibérico de electricidad, la posible adquisición del Banco Atlántico por la Caixa Geral de Depósitos, los problemas en el sector pesquero o la posición de ambos países en la Conferencia Intergubernamental que dibujará la Constitución de Europa.

El modelo de alta velocidad , --el TGV que denominan en Portugal--, fue la gran desilusión de la última cumbre entre España y Portugal, celebrada en octubre del pasado año en Valencia. En Figueira da Foz no habrá opción a malos entendidos que obliguen a finiquitar la cumbre con heridas sin cicatrizar . Aunque no hay comunicación oficial si parece que los dos Gobiernos han llegado a un acuerdo para que el corredor internacional entre Madrid y Lisboa lo haga por Badajoz.

SIN ACUERDO

En Valencia, en cuanto el primer ministro luso, Joao Manuel Durao Barroso, fijó como prioridad la conexión desde Lisboa con Oporto, el presidente español, José María Aznar, entendió la dificultad para llegar a un acuerdo, por lo que no consideró urgente fijar el itinerario para conectar las dos capitales ibéricas.

En la previa del encuentro en Figueira da Foz, los ministros responsables de las infraestructuras ferroviarias han sido cautos en el posicionamientos de sus países respecto del trazado definitivo. Lo que sí parece claro es que de esta cumbre saldrá el acuerdo para un proyecto de futuro. Portugal había mantenido interés por conectar por Cáceres, favoreciendo así el enlace del corredor internacional del TGV a las conexiones con Oporto. Para España, el mapa de alta velocidad con Portugal siempre ha tenido su entrada por la capital pacense.

En relación con este asunto, los últimos en posicionarse han sido los de la patronal Asociación Industrial Portuguesa (AIP), que han abogado porque el Ejecutivo luso defina un plan ferroviario nacional con un único enlace de tren de alta velocidad entre Lisboa y Madrid, que conecte en Badajoz.

El presidente de AIP, Jorge Rocha de Matos, explicó que el Gobierno luso debe dar prioridad a la conexión de alta velocidad.