TTtodo sigue igual, pero es distinto. Igual porque coincidió en fin de semana, como siempre, pero esta vez no estaba Rodríguez Ibarra para presentar el Consejo de Gobierno de la Junta de Extremadura para los próximos cuatro años. Distinto, porque el nuevo presidente, Guillermo Fernández Vara, ha dejado su sello y ha sorprendido a todos con la primera de sus decisiones, la del conjunto de hombres y mujeres a los que pretende dar responsabilidad en la Extremadura de futuro que quiere para los extremeños.

Desde su elección como candidato socialista, Vara no ha dejado de sorprender en su forma de entender y hacer política. Sorprendió el resultado electoral que obtuvo el 27-M (38 de los 65 escaños de la Asamblea), y ha vuelto a sorprender con los nombres que integrarán el Ejecutivo autonómico a partir de mañana lunes. Sorprende porque su proyecto nace con identidad propia, porque huele poco al núcleo duro del partido, algo difícil en un momento de transición y bicefalia en el seno del PSOE de esta región.

Parece que el nuevo Gobierno extremeño es una extensión del perfil político de Fernández Vara, de la forma que tiene de entender la Administración en su relación con los ciudadanos, de su idea de un modelo de gestión desde el diálogo. El nuevo equipo es mezcla de experiencia y de recién llegados a la política "con algunos años cotizados a la Seguridad Social", como defiende el nuevo presidente que hay que llegar a la labor pública.

Sin embargo, da la sensación de que el futuro Consejo de Gobierno pretende ser reflejo de un Vara que plantea nuevos tiempos sin romper con el pasado, sin olvidar la Extremadura de hoy como fruto del trabajo de quienes han tenido responsabilidades políticas en esta autonomía en los últimos 24 años. Un proyecto que quiere basar su idea de éxito en la eficacia de lo público y en la eficiencia de lo privado, en la diversidad de las ideas y en la paridad de las opiniones, en el desarrollo a partir de grandes proyectos y en la política de las pequeñas cosas.

Es bueno que en la clase política se hayan dado cuenta de que lo realmente importante no es de dónde vienes, sino que los más capacitados deben estar en los lugares más adecuados. Lo que sí parece claro es que el presidente ha hecho un equipo con un perfil de gestión, pensado más para el trabajo que para la fotografía. Un organigrama diseñado para estar en consonancia con Madrid y al que apoyaron más de 350.000 extremeños, aunque Vara ya dejó claro en su investidura que el proyecto nace para gobernar, sin distinción de colores e ideas. Ahora solo queda que le dejen trabajar. Los resultados le avalan, pero en política todo es posible y ahí Murphy también tiene rango de ley.