Siete y media de la tarde. Los aplausos y silbidos avisan de la entrada de Guillermo Fernández Vara, Pedro Sanchez y Felipe González por la puerta grande de la plaza de toros de Cáceres, que aunque no llena, sí era un hervidero socialista. El PSOE celebró ayer el acto central de la campaña en la ciudad y el partido movilizó a todo su aparato para hacer una demostración de fuerza que no consiguió llenar las gradas. Los socialistas se vendieron como "el cambio seguro" y reivindicaron el peso de sus siglas, "su pasado y su presente" frente a los que esconden la marca del PP, en referencia a José Antonio Monago. Entre 4.000 y 6.000 personas, según distintas fuentes, participaron en el mitin, con público procedente de toda la región para arropar a Vara y al candidato a la Alcaldía, Luis Salaya.

Tras la introducción de Lara Garlito, número 2 de la lista a la Asamblea por Cáceres, el primero en tomar la palabra fue el líder del PSOE federal, Pedro Sánchez. "Digamos alto y claro que lo mejor que le ha pasado a este país ha venido siempre de la mano del Partido Socialista, siempre. ¿Qué lecciones nos pueden dar ellos a nosotros? Ninguna", dijo Sánchez a un público que ardía. Tras reivindicar la herencia socialista, el líder del PSOE apeló sobre todo a los indecisos, a quienes animó a acudir a las urnas "para dejar atrás una historia de recortes en derechos, desempleo y contratos por horas". Así, pidió "concentrar el voto en el único partido de cambio que puede ganar al PP en las próximas elecciones".

Sánchez vendió al PSOE como "el cambio seguro" y afirmó que si hay parlamentos de izquierda, "como en Extremadura", habrá gobiernos de izquierda. "Hemos visto a algunos candidatos esconder las siglas. Que no os engañen, en Extremadura Rajoy se llama Monago", dijo el líder federal, que en su discurso prometió además derogar la reforma laboral y elaborar un "verdadero" estatuto de los trabajadores, una reforma fiscal y la eliminación del copago farmacéutico para los pensionistas. "Lo mejor está por llegar, y en Extremadura se llama Guillermo Fernández Vara", concluyó.

El siguiente en tomar la palabra fue Vara, pues el cierre del acto se reservó al expresidente González. "No hay alternativa posible a la derecha que no sea el PSOE o con el PSOE. Intenté unir a este partido no por ganar, sino por cambiar las cosas, para demostrar que otra Extremadura y otra forma de hacer las cosas es posible", apuntó Vara, a quien los asistentes no dejaban de aplaudir al grito de "presidente, presidente". El candidato se puso de nuevo "del lado de los que más sufren" y apuntó "una diferencia más" entre él y Monago. "Nosotros estamos aquí miles de extremeños y ellos estarán unos cientos. Pero ellos han convocado para oír a unos cantantes y nosotros para oír ideología y hablar de los problemas de la gente. Esa es la diferencia", dijo en relación al mitin del PP, que al igual que el acto socialista, se celebraba en Cáceres, pero con concierto de Andy y Lucas incluido.

También indicó como diferencia entre el PP y el PSOE "la preocupación por los nuevos y viejos pobres", porque mientras que Monago hace 'spinning' y promete bajar los precios de los gimnasios él se interesa "por las becas, los maestros y el transporte". La intervención de Vara, primera ante un auditorio tan numeroso, se mantuvo en la línea combativa de los últimos días y concluyó igual. "Fuerza, tesón, orgullo y a ganar", dijo el socialista.

La guinda la puso el expresidente Felipe González, que no vino a reivindicar viejas glorias, sino a hablar de democracia, esa que "solo se echa de menos cuando se pierde". Con su gancho y los guiños al expresidente Juan Carlos Rodríguez Ibarra, también presente en la plaza, se metió al público en el bolsillo. González apostó sobre todo por la "fortaleza" del PSOE y señaló que la obligación del partido es "recomponer los pilares derruidos, que son fundamentalmente educación y sanidad". Para ello, abogó por abrir el diálogo social --"Guillermo, de esto tú sabes más que yo", le dijo al candidato extremeño-- para pactar la sostenibilidad del sistema. "No podemos tener una máquina que cuesta millones funcionando seis horas en un hospital público", apuntó González, que también señaló que no será posible acabar con el desempleo si no es a través de formación. Aquí, el expresidente confesó que le produce "asombro" escuchar a Rajoy decir que ya nadie habla del paro y tras recordar que el IVA cultural ha hecho que se pierdan más de 6.000 empleos, abogó por que las reformas de impuestos vayan acompañadas de un informe de impacto sobre el empleo y el tejido productivo.