Faltaban cinco minutos para las once de la mañana cuando Fernández Vara abandonaba su despacho en la sede de la Presidencia de la Junta para bajar a recibir en la puerta a Carlos Floriano.

Con puntualidad británica, el dirigente popular cruzaba la puerta a las once en punto. Llegaba acompañado del secretario regional del PP, César Díez Solís, de la portavoz de los populares en la Asamblea, Pilar Vargas, y de su equipo de prensa. A partir de ahí, saludo cordial, apretón de manos y primera y tradicional foto oficial al pie de las escaleras.

Una vez en el despacho los dos dirigentes políticos se quedaban a solas mientras los acompañantes de Floriano permanecían en un despacho anexo. Los primeros minutos del encuentro transcurrieron en un tono personal. Hablaron de sus padres, de sus hijos y de las vacaciones de verano.

Dos horas después daban por finalizada la reunión, que según trasladaron ambos se produjo en un ambiente cordial.

A la hora de las valoraciones, los dos protagonistas se mostraban optimistas y teorizaban sobre la importancia del diálogo en el juego político.

El primero en comparecer fue Carlos Floriano, que señaló que este acto permite "entrar en un proceso en el que el diálogo sea lo normal", por lo que a partir de ahora "lo importante es que le demos continuidad". A su juicio, "el diálogo no es un objetivo, sino un instrumento para alcanzar acuerdos que resuelvan problemas". Para Floriano, lo de ayer fue un primer paso del que saca una conclusión: "Hay todas las posibilidad de llegar a acuerdos en muchas cuestiones". Y es que, apostilló, "hay una receptividad que hay que aprovechar".

Por su parte, Fernández Vara resaltó que en esas dos horas quedó clara una cosa por encima del resto: "Que hay voluntad de diálogo". Por eso, calificó la reunión de "positiva y constructiva", y se mostró convencido de que sus contactos con Floriano son "buenos para Extremadura" más allá de si son rentables o perjudiciales políticamente para ellos.