Los incentivos regionales son una serie de ayudas financieras que concede el Estado para fomentar la inversión empresarial en determinadas zonas del país. El objetivo es intentar paliar los desequilibrios territoriales, por eso comunidades autónomas como Madrid y Cataluña no los pueden recibir.

Los sectores promocionables son: las industrias extractivas y transformadoras, particularmente las de tecnología avanzada, industrias agroalimentarias y de acuicultura, los servicios de apoyo a la industria y los que mejoren las estructuras comerciales, y los alojamientos turísticos e instalaciones complementarias de ocio.

Se puede pedir subvención para los proyectos de creación de nuevos establecimientos, la ampliación de una actividad ya establecida o la iniciación de una nueva. También para la modernización de las instalaciones.

Los proyectos deben cumplir una serie de requisitos (no iniciar la inversión antes de presentar la solicitud, autofinanciación mínima del 30 % y constatar la viabilidad económica, técnica y financiera del proyecto). Además, las ayudas son subvenciones a fondo perdido que suponen hasta un 40% de la inversión.