El futuro del ecosistema extremeño está en peligro, y no sólo por la amenaza del cambio climático o la actividad del hombre sobre los hábitats naturales. Y es que, según los expertos, las numerosas especies invasoras que se han afincado en la comunidad autónoma pueden suponer a corto y medio plazo la desaparición de algunas especies autóctonas y cambios significativos en el medio natural.

No en vano de las 20 de las especies exóticas invasoras más dañinas presentes en España --identificadas por el Grupo Especialista en Invasiones Biológicas (GEIB)-- al menos una docena ya han sido identificadas en Extremadura.

LOS MAS PELIGROSOS En concreto, se trata del camalote, el helecho de agua, la acacia francesa, el árbol de cielo, la falsa acacia, el cangrejo americano, la almeja asiática, la gambusia, el galápago de Florida, el visón americano, la uña de león y la chumbera.

Y cuatro de éstas (camalote, almeja asiática, gambusia y galápago de Florida) están, además, incluídas en el listado que maneja el Programa Mundial sobre Especies Invasoras con las cien especies exóticas más dañinas. Un documento que también incluye la carpa, la perca americana y el pino resinero, también presentes en la región. Es decir, que hay al menos 15 especies invasoras especialmente peligrosas ya asentadas.

A esto hay que añadir que se espera la incipiente llegada, si no lo ha hecho ya, del mejillón cebra, procedente del Mar Negro, Mar Caspio y Mar de Aral, que al parecer se introdujo en España a través del río Ebro. Según todos los expertos, esto generaría "una situación de extremo riesgo ambiental".

Pero el catálogo de especies invasoras es mucho más amplio e incluye pájaros como la cotorra de Kramer y la cotorra argentina; el bengalí rojo; el pico de coral; el tejedor amarillo; o la tórtola turca. Entre los peces destacan el lucio, el black-bass, la carpa, el pez gato o la tenca (aunque el origen de este último animal ha generado numerosas controversias y nunca ha sido aclarado). Invertebrados como la procesionaria del pino y plantas como los eucaliptos y varias especies de pino también forman parte de este peligroso listado.

Estas especies llegaron a la región por diversas vías, pero ya lo hicieran de forma accidental o con alguna finalidad se trata de animales y plantas que han llegado para quedarse.

El problema es que muchos deellos causan daños irreversiblesen el ecosistema extremeño, desplazandoa las especies autóctonasy provocando, incluso, cambiosquímicos en el terreno o elagua de los ríos. A esto se sumaque habitualmente ni siquierasirven de alimento para especiesautóctonas.

CASO CONCRETO / El portavozde Ecologistas en Acción de Extremadura,Pablo Ramos, ilustracon un ejemplo el efecto quepueden provocar y las consecuenciasde los cambios en lascadenas tróficas. “El pino ha provocadoque en las zonas en quees abundante haya mucha menoshierba; este es el alimentodel conejo, por lo que en estaszonas hay escasez de conejos; yel conejo es el principal alimentodel lince ibérico...”.

Este es sólo un caso concreto,pero hay infinidad de ejemplosque ilustran este problema. Poreso, Ramos considera que de caraal futuro para el actual ecosistemaextremeño “las perspectivasson bastante malas”. Entreotras cosas, porque la ley que limitala introducción en la comunidadde especies exóticas “se incumplede forma sistemática”,incluso por parte de la Junta.En opinión del portavoz deEcologistas en Acción, a esto sesuma que “mucha gente contribuyea esto sin saberlo y sin pensaren las consecuencias”.

AMENAZA AUTÉNTICA / Desde elGrupo Especialista en InvasionesBiológicas resaltan que en Extremadurala situación es “preocupante”debido a sus altos valoresde biodiversidad. “Las especiesexóticas invasoras se consideranuna auténtica amenaza para ladiversidad biológica autóctona”,añade. En su opinión “las consecuenciasecológicas pueden serdevastadoras y pueden manifestarsea varios niveles, y a estas seañaden también consecuenciassanitarias y económicas”.Tampoco es optimista JoséLuis Pérez Bote, profesor de Zoologíade la Universidad de Extremaduraque ha estudiado a fondola presencia de especies invasorasen los ríos extremeños. ParaPérez Bote, una de las peorescosas es que “no podemos saberlo que va a pasar” porque ni siquierase han realizado estudiosque aborden la situación de formageneral. De forma que “sabemosque están ahí, pero no losimpactos que están ocasionado”.

La previsión, apunta, es “queiremos a peor, porque cada vezhay más especies invasoras y menosautóctonas, y las invasorasque ya estaban siguen creciendo”.En opinión de este profesorde Zoología, a los ríos extremeñosles espera “un futuropésimo”, algo lógico cuando el40% de las especies que habitansus cauces son alóctonas.Desde Adenex, AntonioGentil apunta que “el riesgo paralos ecosistemas extremeños esalto” tanto por la competenciadirecta que se genera con las especiesextremeñas como por ladepredación directa. “Es unasunto muy serio que pone enpeligro la biodiversidad extremeña”,añade.En cuanto a las posibles soluciones,todos coinciden en quees necesaria una doble vía: la actuación de la Junta y la concienciaciónde los ciudadanos.

POSIBLES SOLUCIONES / ParaJosé Luis Pérez Bote “lo primeroes tomar conciencia del problemay hacer un plan de controlde estas especies introducidas”.También, añade, “hace falta laconcienciación de los vecinos”para evitar, por ejemplo, que seadquieran tortugas de Florida ycuando crezcan sean abandonadasen el entorno de los ríos.En la misma línea se pronunciaPablo Ramos, que añade que“la Junta debe empezar por darejemplo plantando únicamenteespecies autóctonas” y que la actuallegislación “debe endurecersepara limitar más la tenenciade animales exóticos”.

Para Antonio Gentil, hace faltaun estudio sobre las poblacionesque hay en la región “parasaber el grado de ocupación dehábitats y de incidencia sobreotras especies autóctonas”. A estohabría que sumar, afirma elportavoz de Adenex, “campañaspreventivas y de colaboración”que deberían dirigirse a los colectivosmás implicados.