El presidente del PP, Mariano Rajoy, formará parte de la delegación oficial española que, presidida por los Reyes, viajará el viernes a Roma para asistir a los funerales del Papa. Rajoy, que aceptó ayer la invitación del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, formulada a través del Gabinete de la Presidencia, declaró que se siente obligado a viajar con la delegación ya que representa a un partido político "al que votan muchos católicos".
Dado que el número de plazas que el Vaticano ha designado para la delegación española es muy restringido (5 personas por Estado), otros dirigentes del partido no descartan viajar a Roma para asistir a las exequias aunque fuera de la delegación oficial.
Rajoy acudió ayer a la Nunciatura para firmar en el libro de condolencias habilitado para que las autoridades muestren su pésame por la muerte del Pontífice. El líder de la oposición explicó que había firmado "en representación de todos los militantes, que están tristes por la pérdida de Juan Pablo II".
Además, Rajoy y los presidentes autonómicos del PP y Unión del Pueblo Navarro (UPN) difundieron una declaración institucional en la que se recuerda "la devoción por España" que el Papa hizo pública y sus "constantes muestras de afecto a los españoles" manifestados durante sus visitas a nuestro país y a sus comunidades autónomas.
El día de luto oficial, decretado ayer en España, se limitó al ondear de banderas oficiales a media asta en los principales edificios públicos, establecimientos militares y buques de la Armada. Ni los ministros ni organismos como el Congreso variaron su agenda de trabajo.
REPROCHE DE IU IU invitó ayer al Gobierno a moderar sus reacciones ante la muerte de Juan Pablo II y reclamó que no "sobreactúe" de forma que se pueda "pensar que estamos en un Estado confesional". Para Gaspar Llamazares, "el Gobierno está rozando la desmesura, tanto desde la posición institucional como de los medios de comunicación públicos, algo que hay que medir para no confundir poder civil con jerarquía eclesiástica".
