Mariano Rajoy pronosticó ayer que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero será "débil e inestable" y dudó de que vaya a resistir toda la legislatura. El secretario general del PP fundamentó su vaticinio en que el líder socialista, por incapacidad o conveniencia, no ha sellado acuerdos con otras formaciones que le garanticen la gobernabilidad, a diferencia de lo que hizo el PP tras las elecciones de 1996, cuando pactó con CiU y el PNV.

Tanto en su primera intervención como en su turno de réplica, Rajoy advirtió a Zapatero de que su posible dependencia de fuerzas como ERC e IU le creará problemas en temas "fundamentales" como la Constitución, la lucha antiterrorista o la economía. Al respecto, exigió al futuro presidente que aclare "quiénes son sus socios actuales o potenciales" y "qué precio va a pagar para tener apoyos".

Pese a los mutuos reproches, el cara a cara discurrió con elegancia en las formas. En el turno de dúplica que concedió el presidente de la Cámara, Manuel Marín, al final del debate, Rajoy deseó "suerte" al futuro presidente, pero le avisó de que su ofrecimiento de buen talante y el diálogo "no serán suficientes".

Rajoy garantizó a Zapatero su apoyo en la lucha contra el terrorismo. Sin embargo, expresó su "inquietud" por el hecho de que hay partidos que no asumen el pacto antiterrorista --en referencia a todos los nacionalistas e IU-- o que "quieren pactar con ETA", en alusión a ERC.

GOLPE DE MANO El líder popular echó en cara a su rival su silencio sobre el plan soberanista de Juan José Ibarretxe y le preguntó por unas declaraciones de Pasqual Maragall, que dijo que el límite de la Constitución "no es infranqueable" a la hora de promover una reforma del Estatuto autonómico. Rajoy preguntó a Zapatero si apoya que todas las comunidades tengan el mismo nivel competencial o si "va a imponer la asimetría".

En su batería de preguntas, Rajoy preguntó a Zapatero qué piensa sobre la voluntad de "destacados dirigentes" del PSC que reclaman selecciones deportivas para Cataluña.

En el terreno de la economía, Rajoy afirmó que la "inestabilidad institucional" derivada de los planteamientos de Zapatero, sumada a las "pretensiones de sus potenciales socios" --en alusión a IU y ERC-- constituyen una "mala noticia". El capítulo internacional copó buena parte de la artillería de Rajoy, que pidió claridad sobre el futuro de las tropas destinadas en Irak.

Zapatero replicó a Rajoy que su Gobierno no será "débil, sino dialogante" e ironizó sobre los pactos que firmó José María Aznar para llegar a la Moncloa. "Yo no he tenido que hacer un cursillo de catalán en la intimidad", dijo. Garantizó la continuidad del pacto antiterrorista, expresó su "respeto" hacia quienes no lo comparten y recordó que fue él quien lo propuso.

Zapatero dijo que no apoyará reformas estatutarias fuera del marco de la Constitución y señaló que el nuevo sistema de financiación autonómica se basará en la "suficiencia financiera" de las comunidades y la "solidaridad y cohesión". Respecto a Irak, dijo que mantendrá su "palabra" de que los soldados retornen el 30 de junio si no quedan bajo el mando de las Naciones Unidas. "Mi Gobierno va a sacar a España de la foto de las Azores, va a sacar a España de esa guerra injusta", dijo.