Tras conocer los cambios gubernamentales, el presidente del PP, Mariano Rajoy, recurrió a una expresión que suele usar cuando carga contra el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero: "Sin precedentes". "No hay precedentes de un Gobierno que sufra una remodelación tan importante cuando no lleva ni un año al frente de sus responsabilidades --dijo ayer desde Las Palmas de Gran Canaria el líder conservador--. Este es el reconocimiento explícito de un fracaso del presidente, de su equipo y de las políticas que ha llevado a cabo".

Aun así, Rajoy no entró a valorar las capacidades de unos nuevos ocupantes de los ministerios que, a su juicio, ni son "los mejores", ni "han acreditado que sean mejores" que sus antecesores. Lo que España necesita, sostuvo, es un "cambio a fondo" en las políticas, sobre todo en la económica. Y dentro de ese cambio a fondo también entra la forma. Para el presidente del PP, la manera en la que se han conocido los relevos ministeriales --por medio de una filtración que ha disgustado a Zapatero, pues eclipsó su tan ansiada fotografía junto al presidente de Estados Unidos, Barack Obama-- resulta "muy reveladora".

ACUSACION DE FRIVOLIDAD A través de su portavoz en el Congreso, Josu Erkoreka, el PNV fue aún más duro. "Llama la atención la poca idoneidad de algunos ministros para los cargos que han sido designados", dijo. Para los nacionalistas vascos, Zapatero, en plena crisis, debería haber simplificado las estructuras, en lugar de crear una nueva vicepresidencia, la tercera, ocupada por Manuel Chaves, al que tildan de "elefante en retirada". Pero el problema no es tanto el expresidente andaluz como el jefe del Ejecutivo, continuó Erkoreka, un Zapatero "frívolo e improvisador nato". IU se tomó los cambios con cautela.