A la sentencia de la Audiencia de Palma se le puede aplicar a la perfección aquello de que la risa va por barrios. Así, en el pulso entre las dos ramas geográficas del ‘caso Nóos’, la balear y la valenciana, la primera ha quedado mucho más damnificada, aunque con algún pero. Por ejemplo, que Jaume Matas aparte, el resto de condenas no acarrean entrada en la cárcel puesto que pueden ser sustituidas por multas.

Es el caso del exdirector general de Deportes del Gobierno balear José Luis Pepote Ballester; el exgerente de Illesport, Gonzalo Bernal; el exdirector del Instituto Balear de Turismo (Ibatur), Juan Carlos Alía, y el exsecretario de Ibatur, Miguel Ángel Bonet. Los cuatro admitieron los hechos en el juicio celebrado entre enero y junio ante la sección primera de la Audiencia de Palma.

Ballester, (condenado por delito continuado de prevaricación en concurso medial con falsedad cometida por funcionario público y con malversación, y por fraude a la Administración) pagará 9.040 euros. También ha sido condenado a 4 años, 6 meses y 2 días de inhabilitación.

Pepote es uno de los personajes claves en esta trama. Medallista olímpico en Atlanta’96 y amigo desde la adolescencia de Urdangarin, desde que se cruzaron en la residencia Blume de Barcelona, a raíz de su aparición en el sumario del ‘caso Palma Arena’ decidió colaborar con la fiscalía y señalar a su antiguo compañero.

Por los mismos delitos que Ballester, Bernal tendrá que pagar una multa que asciende a 5.424 euros y ha sido condenado, además, al mismo tiempo de inhabilitación.

En el caso de Alía y de Bonet, pagará 4.626 euros de multa cada uno y han sido condenados a inhabilitación especial para empleo o cargo público durante 6 meses y dos días.