"Todas las circunstancias no se pueden prever". Con estas palabras argumentó ayer el subdelegado del Gobierno en Badajoz, Inocencio Ramos, la actuación de los agentes de la Guardia Civil, al ser preguntado sobre por qué se produjeron los hechos que provocaron los disparos si la zona donde se desencadenó todo estaba vigilada por la Benemérita, hechos que, según el alcalde, José María Carrasco, sucedieron en un cambio de guardia.

Según Ramos, "nunca se sabe qué elementos pueden producir y desatar una violencia colectiva". Además, dijo, "tampoco podemos dar la sensación, o por lo menos, no es nuestra intención, de que el pueblo está tomado por la Guardia Civil, porque no es cierto".

Sin embargo, reiteró que el Gobierno "está en contra del uso de la fuerza, en contra de que nadie se tome la justicia por su mano y llamamos al establecimiento de la paz".

Esa misma denuncia se la lanzó algún vecino en la casa de la Cultura, donde Ramos y Carrasco informaron de las medidas de seguridad dispuestas. Desde su asiento espetó: "Teníais que haber puesto los medios antes, porque llevamos muchos tiempo denunciándolo", una posición avalada por más personas, ya que "podían haberse cargado a medio pueblo", clamó otro.