Hay un dicho muy popular de Manuel Machado que reza así: "Ninguno por cantar bien hable mal de aquel que canta, uno cantan lo que saben y otros saben lo que cantan". Sin duda, unas palabras que podríamos acertadamente dedicar a Raquel Cantero porque sabe lo que canta, y encima lo hace bien. Es la única doctora en flamenco en la región y se ha ganado a pulso el respeto que le procesa el resto de artistas, y también aficionados y flamencólogos. Cuando una sabe lo que canta, el buen público aficionado o no comienza a escuchar. Ese silencio, le avala.

--Semana Santa Raquel, como doctora en flamenco, ¿por qué decidió centrar su tesis en la saeta en Extremadura?

--Si le soy sincera, en el momento en el que inicié los cursos del primer programa de Doctorado específico en Flamenco de la Historia (El Flamenco: acercamiento multidisciplinar a su estudio, dependiente de la Universidad de Sevilla) no tenía decidido en absoluto el tema en el que iba a centrar mi investigación. Lo único que sí tenía claro es que debía tratar sobre algo extremeño en respuesta a una especie de "obligación moral" para con mis raíces: haber nacido en Extremadura supone para mí un gran orgullo y lo llevo muy a gala. Nuestros cantes autóctonos ya habían sido objeto de estudio riguroso en excelentes trabajos, como las ponencias que presentó Francisco Zambrano en los Congresos Nacionales de Actividades Flamencas de los años 1987 y 1988 o la Tesis Doctoral sobre los Cantes Extremeños que defendió años más tarde la emeritense Eulalia Pablo Lozano, Catedrática de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Sevilla. Precisamente ella dirigió mi Tesis Doctoral y fue quien me aconsejó que investigara sobre la saeta en Extremadura porque era un terreno completamente inexplorado. Le confieso que en un principio no me llamó mucho la atención, la verdad, porque intuía que podía ser un trabajo durísimo, entre otras cosas, por la ausencia de documentación, tanto escrita como sonora. Y no me equivocaba en mi presentimiento porque cuando comencé a buscar información fue realmente escaso lo que encontré: algún escrito del Conde de Canilleros, algún otro de Valeriano Gutiérrez Macías, algunas grabaciones caseras y poco más, ya que ni siquiera en los cancioneros musicales extremeños se recogía nada al respecto. Finalmente lo vi como un gran reto y me puse manos a la obra. Así, en el año 2007 defendí mi Tesina sobre la saeta en Cáceres y en el año 2012 defendí mi Tesis Doctoral sobre la saeta en Extremadura, con unos resultados muy satisfactorios en ambos casos: Sobresaliente por unanimidad en la Tesina y Sobresaliente cum laude en la Tesis. Lo cierto es que me siento muy orgullosa del trabajo realizado, porque me ha costado mucho sacarlo adelante a base de mucho sacrificio, muchas horas sin dormir y muchos kilómetros recorridos en busca de muestras, pero finalmente el esfuerzo ha merecido la pena.

--¿Cómo surge la saeta flamenca?

--Por una parte tenemos la saeta flamenca, que se canta en Extremadura tanto por voces profesionales como por saeteros anónimos; por otra parte, se conserva también una saeta de corte más sencillo que es considerada como tradición autóctona en cada lugar en el que se interpreta, aunque lo cierto es que se canta en muchos puntos de la geografía

no sólo extremeña, sino también andaluza, e incluso algunos investigadores defienden que se encuentra extendida por toda España. Esa saeta de corte simple es la que se conoce como saeta llana, saeta vieja, saeta primitiva o saeta popular y de ella es de donde parece proceder la saeta flamenca: hacia finales del siglo XIX los cantaores toman esa melodía sencilla que es la que entonaba el pueblo y comienzan a dotarla de esa estética interpretativa tan particular que posee el flamenco, alargando los tercios, introduciendo florituras vocales, aflamencándola en definitiva. Es algo fácilmente comprobable en los primeros registros sonoros, pues afortunadamente ya en los cilindros de cera encontramos saetas grabadas por flamencos, apreciándose claramente que se trata del modelo primitivo algo más elaborado.

--¿Existe la saeta extremeña?

--Las saetas extremeñas que he podido recoger directamente de la voz del pueblo gracias a mi trabajo de campo presentan una factura musical muy en la línea de la saeta antigua o primitiva, y, por lo tanto, para determinar la particularidad de sus rasgos, tuve que recurrir a realizar el correspondiente análisis comparativo con respecto a otras saetas primitivas conservadas en otras zonas. Lo cierto es que aproximadamente el 80% de las saetas antiguas andaluzas y las saetas extremeñas analizadas se adscriben al patrón musical de lo que en mi tesis definía como "modelo base", configurado a partir de las primeras muestras de la saeta popular localizadas en los Cantos Españoles de Eduardo Ocón, publicados en 1874 y en los Cantos Populares Españoles de Rodríguez Marín, publicados en 1883. Pese a que todo apunta a que debió existir un tronco musical común, en algunos casos nos encontramos con ciertas particularidades interpretativas. Es el caso de las saetas extremeñas recogidas en Arroyo de la Luz, Viandar de la Vera o Guijo de Coria, que se cantan a coro con cierta uniformidad rítmica y con las voces al unísono a diferencia del formato con que las he encontrado en Andalucía donde también hay saetas corales pero desarrolladas sobre dos voces superpuestas. Además, en algunas saetas extremeñas como las recogidas en Acebo, Aceituna, Guijo de Granadilla, Piedras Albas, Torrecillas de la Tiesa o Miajadas he advertido en su estructuración melódica un rasgo que no encontramos en ninguna saeta primitiva andaluza consistente en su configuración en ciclos de tres frases musicales que se van repitiendo, e incluso he podido recoger alguna variante que no se ajusta al patrón musical del "modelo base", como sucede con la saeta de Carbajo o Cabrero.

--Como palo en el flamenco, ¿qué peso tiene la saeta en el resto del árbol genealógico de este.

--Para mí, tiene el mismo peso que cualquier otro estilo, posiblemente porque tengo una visión un tanto particular. Todos los estilos tienen la misma importancia siempre que estén bien hechos. Ahora bien, hay que reconocer que la saeta es un cante limitado a una época muy determinada del año, es un cante "de temporada", lo que hace que no forme parte del repertorio habitual de los artistas salvo en la Semana de Pasión. Por otra parte es evidente que resulta uno de los estilos más complicados desde el punto de vista interpretativo, ya no sólo por su estructura musical que exige estar en posesión de unas facultades vocales extraordinarias para su correcta ejecución, sino porque además entran en juego una serie de factores que multiplican su dificultad: se canta en la calle, sin ayuda de una megafonía, sin una guitarra que te dé el tono de salida y con un componente emocional muy fuerte que si no se controla puede hacerte pasar un mal rato.

--¿Quiénes son a su juicio los artistas imprescindibles de la saeta?

--Creo que en un primer momento de la historia de la saeta flamenca resulta obligatorio mencionar a artistas como Manuel Centeno, Antonio Chacón, Cojo de Málaga, Manuel Torre, Manuel Vallejo o El Gloria. Entre otros saeteros excepcionales más cercanos en el tiempo debemos mencionar a Antonio de Canillas, Mercedes Cubero, Pili del Castillo o Pepe Peregil hasta llegar a las espectaculares versiones actuales de Kiki de Castilblanco o Manuel Cuevas. En cuanto a los extremeños, el gran Porrina de Badajoz dejó grabadas unas saetas preciosas, y también han destacado como saeteros en Cáceres Teresa "La Navera", María y Juani Polo "La Polina", Diego de Cáceres, Lucita de Cáceres, El Niño de Alcántara que cantaba una versión muy personal de la saeta extremeña que nos ha llegado a través de su hijo Juan García "El Niño de la Pizarra", El Niño de la Ribera que con su Escuela de Saetas ha enseñado a sus alumnos la saeta flamenca y también la extremeña, mi padre Eugenio Cantero, Juan Corrales, Felisa Rodríguez, Nina Díaz, mi madre, que ha sido una saetera excepcional... podría mencionar a muchos saeteros, lo que da fe de que la saeta está plenamente viva en nuestra región.

--¿Cómo nace la saeta?

--El origen de la saeta continúa siendo a día de hoy una incógnita. No hemos de perder de vista que se trata de una manifestación inserta en el ámbito de lo popular y por tanto se ha transmitido oralmente, lo que dificulta la labor del investigador a la hora de encontrar datos documentados. No obstante, las teorías más aceptadas sobre el origen de la saeta de Semana Santa, defendidas por D. Benito Mas y Prat y D. Agustín Aguilar y Tejera entre otros, plantean que la saeta que se canta a las imágenes de la Pasión, de temática narrativa fundamentalmente, al menos las más antiguas, procede de antiguos romances religiosos a partir de los cuales se desgajarían determinadas estrofas configurándose como independientes. Estos antiguos romances de la Pasión habría que ponerlos en relación con antiguos dramas litúrgicos medievales en los que las escenificaciones de Semana Santa se acompañaban de pregones salmodiados de carácter narrativo, ya que este tipo de representaciones fueron puestas en marcha por la Iglesia, especialmente en áreas rurales, con un fin didáctico: instruir y enseñar a la masa popular iletrada los misterios de la Pasión de Cristo. En mi Tesis he realizado un exhaustivo análisis intentando relacionar estas saetas de tipo narrativo con el correspondiente romance del que parecen proceder y los resultados han sido realmente asombrosos. Por poner algunos ejemplos, muchas de las saetas que cantaba Teresa "La Navera", saetera que ha conservado en Cáceres la tradición de la saeta popular conocida aquí como "saeta cacereña", proceden de viejos romances de la Pasión. Además, en varias localidades cacereñas como Miajadas, Torreorgaz o Carbajo se conserva una saeta en formato romanceado cantándose auténticos fragmentos de romances como "El discípulo amado", "La Virgen camino del Calvario" o "El llanto de la Virgen". Incluso, en una de las primeras manifestaciones del teatro litúrgico peninsular, "La Passion Trobada" de Diego de San Pedro fechada hacia 1496, he podido encontrar fragmentos que se corresponden con saetas. Se sabe que estos romances circulaban impresos en pliegos de cordel y de ahí la difusión de que gozaron, calando hondo en el espíritu popular con la figura del ciego rezador como principal elemento transmisor.

--¿Se podría convertir la saeta en un cante autóctono como los jaleos o los tangos?

--Lo que determina lo específico de un estilo sin duda es su singularidad musical, que lo hace distinto de otros. En el caso de la saeta extremeña es complicado, dado que su estructura melódica es similar a la de otras saetas primitivas, si bien con particularidades interpretativas en algunos casos como ya he comentado. No obstante, el pueblo sí la considera como algo propio, como algo autóctono, así la siente y así la conserva.

--¿Qué necesita Extremadura para convertirse en referencia del flamenco?

--Ya lo es, pues cada vez son más los artistas no extremeños que vuelven su mirada a nuestros sones para cogerles ese aire peculiar y propio que da la tierra, lo que significa que nuestros cantes se tienen en cuenta y comienzan a valorarse en la medida que merecen. Un poquito más de unión y caminar todos en una misma dirección valorando lo nuestro con más decisión no nos vendría nada mal.