La mitad de los GEI emitidos en Extremadura proviene del sector agroganadero. La normativa estatal prevé medidas duras para disminuir este tipo de emisiones, que pasan por la prohibición absoluta de quemar rastrojos o restos de poda (plasmada en la normativa extremeña hace tres días), y el control de los residuos animales.

El informe advierte de que los proyectos en marcha en Extremadura pueden subir la contaminación. Así, se hace referencia a la cementera (800.000 toneladas de GEI por año) y la refinería (en torno a 700.000 toneladas por año). A esto habría que sumar cinco centrales de ciclo combinado, que emiten cada una alrededor de 600.000 toneladas por año.