Lejos de aparcar la polémica, la difusión de la retirada de dos crucifijos y la repercusión mediática avivan una rebelión procatólica entre los progenitores. La Asociación de Madres y Padres de Alumnos del colegio público Ortega y Gasset de Almendralejo toma cartas en el asunto y hoy se reune a las ocho de la tarde para que los símbolos religiosos vuelvan a las dos aulas del centro en los que se quitaron a primeros de septiembre --tras un acuerdo entre la Consejería de Educación y los padres solicitantes, que recurrieron al Tribunal Superior de Justicia de Extremadura--. "Sabemos que tenemos la batalla perdida pero no es lógico que tengan que desaparecer los crucifijos que llevan toda la vida en el colegio", asegura Lola Galán, presidenta de la Ampa del colegio almendralejense, en el que solo 35 de sus 448 alumnos no cursan Religión.

Según Galán, la mayoría de los padres quieren que el centro mantenga esta simbología, por eso desde que conocen la pugna que se traen los padres demandantes, Lorenzo Losada y su mujer, Ana Lago, contra ésta recogen firmas para evitar su propósito. Algunos progenitores pretendían ayer llevar a sus hijos a clase hoy portando crucifijos en señal de protesta. Pese a las movilizaciones que decidirán a las ocho de la tarde, Galán cree que ya es tarde; las aulas donde estudian los niños de cinco y nueve años de Losada y Lago ya no tienen símbolos religiosos, ni tampoco los espacios comunes por donde circulan los menores "porque ahí no ha habido, solo queda una virgen en una zona exclusiva del profesorado", asegura. No dice lo mismo Losada, que ayer confirmó que en los espacios comunes del centro existen imágenes y carteles del Domund, pero que "ayer los quitaron cuando llegaron las cámaras", por eso mantienen su lucha para hacer cumplir la Constitución, que ampara el derecho de libertad religiosa.

Lo que más le preocupa a la Ampa es que dejen de celebrarse en el centro actividades religiosas. "Hace dos años que ya no hacemos la misa de apertura de curso porque este señor --Losada-- empezó a quejarse, aunque sí seguimos celebrando la Navidad y el Miércoles de ceniza"; actos que temen ahora que tengan también que cancelar. "Si no puede haber símbolos religiosos se quitarán y no estamos dispuestos", señala.

Ante esto el director de centro, José Antonio Montosa, afirma que los actos se han venido celebrando por el elevado número de niños que estudian religión en el colegio y que nunca se han producido reacciones en contra. Asimismo, recuerda que conociendo la demanda de estos padres, el Miércoles de ceniza se hizo este año por primera vez por la tarde.

Por su parte, el delegado provincial de Educación, Enrique García, firmante del escrito que la consejería remitió al centro asegura que "los actos los organiza la Ampa y no son obligatorios", por eso en la nota que llegó al centro "solo se instaba a quitar los crucifijos e imágenes de las aulas donde reciben clases los hijos de los demandantes y en las zonas comunes, lo cual se llevó a cabo de forma inmediata", afirma Montosa.

Ante la incomprensión que les produce la situación, la Ampa decidirá hoy cómo proceden ante lo que consideran una actuación "patética", "exagerada" y "sin sentido, porque nunca ningún padre se ha metido en estos asuntos, aquí se viene a aprender, no a quitar cruces", señala Galán. A las puertas del colegio ayer otros padres se expresaban en los mismos términos: "No se puede permitir que se imponga la dictadura de las minorías", decía una madre; "si no les parece bien que no vayan a clase", exclamaba otra. En cambio, a otros progenitores les "da igual", informa E. Press.

A esta rebelión de los padres a favor de la religión católica, se sumó ayer también el PP de Almendralejo, contrario a la retirada de los crucifijos en las aulas. Su secretario, José Fernández Aullol, defiende el derecho de los padres a reivindicar que permanezcan los símbolos religiosos, puesto que considera que un crucifijo "no hace daño a nadie"; "solo representa la vida de Jesucristo" y el cristianismo "ha tenido que ver mucho con los valores que hoy se inculcan". Por eso, según Aullol todo "es un circo que ha montado el PSOE y sobre todo el padre denunciante --portavoz socialista en Almendralejo-- con el beneplácito del alcalde para enfrentar a las familias de un colegio", informa M. A. Parra.

A este debate público, se añaden conflictos en la convivencia escolar. Según Galán, la actitud de uno de los hijos de Losada está levantando quejas entre los padres, porque "el hijo pequeño empieza en clase a dar puños sobre la mesa diciendo que Dios no existe. Estamos mal, esto se nos queda grande".

Para Galán no es lógico que Losada haya llegado tan lejos. Tampoco parece serlo para Enrique Pérez, que considera que "debería ser el consejo escolar quien lo hubiera solucionado como ocurre en otros colegios". De todas formas, insiste: "hemos hecho al centro la petición expresa de los padres".