El sector tabaquero español vive en un momento de recesión que en la última campaña ha supuesto una caída de producción de 6,7 millones de kilos, lo que significa un 16,6% menos que en la campaña del 2005, según datos de Cetarsa. Esta merma también ha afectado al número de hectáreas cultivadas, que cayó casi un 16%, pasando de algo más de 12.000 a menos de 10.200, y de cultivadores, que son 1.500 menos que en la campaña anterior.

Los descensos han tenido una fuerte repercusión en Extremadura, donde se cultiva el 85% del tabaco nacional, concentrado en la zona norte de Cáceres. Este sector da en jornales el equivalente a 5.000 empleos fijos por año.

Las razones de la crisis se fundamentan, según los expertos, en la falta de competitividad del tabaco español, debido a su deficiente calidad y los costes de producción que no pueden compararse a los de zonas como el este europeo o el norte de Africa. También han tenido incidencia las campañas y normas contra el consumo de tabaco.

De este modo, las grandes multinacionales o bien han abandonado sus compras de tabaco en España, como es el caso de BAT, o han optado por reducir de manera drástica sus volúmenes de compra y los precios, como es el caso de Philip Morris y Japan Tobacco.

De cara al futuro, y con la cercanía de una revisión de la OCM en el 2010, los análisis realizados apuntan a la necesidad de aprovechar la etapa actual de transición para mejorar la competitividad del sector tabaquero español, incidiendo en cuestiones como la trazabilidad, el control de los productos fitosanitarios empleados o las condiciones de los secaderos.