Quien hizo la ley, hizo la trampa. Este dicho popular es perfectamente aplicable a los conflictos laborales generados en el momento de la implantación de las nuevas tecnología en el trabajo, tales como internet o el correo electrónico. En los últimos años, es cada vez más frecuente la intervención de los tribunales para juzgar si debe prevalecer la privacidad de los datos de los empleados o el derecho de los empresarios a velar por el máximo rendimiento profesional. Por el momento, la justicia parece decantarse más por este segundo aspecto.

El caso es que el uso de estas nuevas tecnologías para fines personales durante la jornada laboral sale caro a ambas partes, ya que puede dar lugar al despido de los trabajadores y supone pérdidas económicas para las empresas. En Extremadura no hay constancia de que se haya echado a algún empleado por esta cuestión, pero en España ya se han dado varios casos y la mayoría de ellos han perdido el pleito.

Los tribunales han comenzado a fallar sobre conflictos surgidos entre empresa y trabajador por el abuso del correo electrónico e internet en horario laboral. La mayor parte de las sentencias fallan que los empleados han vulnerado con ello la buena fe contractual del empresario. A pesar de ello, los expertos en materia laboral advierten del conflicto de derechos que se produce en estos casos, ya que frente al derecho del empresario a controlar el uso de los medios técnicos de sus empleados, se encuentra el de éstos a su intimidad.

SENTENCIAS

Un ejemplo que causó sorpresa ocurrió en Madrid, donde el Tribunal Superior de Justicia, admitió un mensaje de correo electrónico sin firma como prueba para avalar la procedencia del despido del directivo de una empresa, pese a que el mensaje en el que el trabajador presentaba su dimisión irrevocable no fue reconocido como redactado ni enviado por su supuesto autor.

Sin embargo, diferentes estudios avalan que un 60% de los trabajadores tiene el hábito de enviar mensajes de correo electrónico al compañero de trabajo de al lado, y algunos psicólogos llegan más allá y afirman que este sistema podría estar destruyendo las capacidades conversacionales.

Ante esta encrucijada, los entendidos en la materia aconsejan a las empresas que deseen controlar el uso de las nuevas tecnologías que hacen sus trabajadores que establezcan un código de conducta. Esto es lo que hacen en España el 40% de las compañías, que supervisan la navegación de sus empleados por internet, y cerca del 24% controlan sus correos electrónicos.

Por todas estas cuestiones, el 70% de los internautas muestra su preocupación por la privacidad en internet; sin embargo, un 40% de ellos reconocen leer los comunicados de privacidad de los sitios web.

EUROPA SE PRONUNCIA

Toda esta cuestión de intereses contrapuestos trasciende fronteras y este año, la Comisión Europea ha encargado a un grupo de expertos un análisis sobre el uso y el control del correo electrónico en las empresas. De este estudio destaca la recomendación de proporcionar a los trabajadores una doble cuenta de correo electrónico: una para uso profesional y otra privada. Hasta el momento, La Caixa es de las pocas entidades que han iniciado este sistema.