El pasado 29 de octubre el diputado regional del Partido Popular de Extremadura Luis Alfonso Hernández Carrón aseguró, tras conocer los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), que la economía extremeña presenta "síntomas de clara recesión", que el ciclo de expansión había finalizado y que comenzaba el periodo de desaceleración. Su diagnóstico se basaba en el aumento del paro en el último año --entre septiembre del 2006 y septiembre del 2007-- y en que las tasas de desempleo y actividad siguen entre las más bajas del país. ¿Pero está la economía extremeña en recesión, como dice el PP? Para intentar responder a esta pregunta, EL PERIODICO ha analizado los principales índices que marcan la situación de la economía, dando por descontado que el PSOE combatiría esa idea ´popular´, destacando que en la última legislatura se han creado 60.000 empleos.

Las estadísticas reflejan mejoras en empleo, renta y Producto Interior Bruto (PIB) desde el año 2000, aunque también hay sombras, como el aumento del peso de la construcción y su correspondiente inestabilidad, la pérdida de poder adquisitivo por la subida de los precios de los bienes de primera necesidad y la reducción del saldo comercial.

Uno de los campos que mejor refleja la situación de la economía extremeña es el mercado laboral. Y en este campo hay de todo: noticias positivas y negativas. De acuerdo con la última Encuesta de Población Activa (EPA), la región posee la mayor cifra de ocupados --417.900 ocupados--, ha creado en los últimos tres años cerca de 35.000 empleos y ha aumentado la población activa. De hecho, Extremadura ha dejado de ser la comunidad autónoma con las peores tasas de paro y de actividad. Ahora esos lugares los ocupan Andalucía y Asturias, respectivamente.

Sin embargo, en el último año la cifra de parados también ha aumentado. Concretamente un 13% respecto a septiembre del 2006, lo que supone 7.000 desempleados más y que la tasa de paro vuelva a elevarse por encima del 12%. Es decir, por un lado crece el empleo, crece la cifra de personas que quiere trabajar, pero también aumenta el volumen de población desocupada.

MAYOR CRECIMIENTO Algo similar ocurre con el Producto Interior Bruto (PIB). Desde el 2001 Extremadura ha logrado un ritmo de crecimiento anual superior no solo a la media nacional, sino también a la de la Unión Europea. Ejercicio a ejercicio, la región se ha ido aproximando a los niveles de PIB de referencia. Sin embargo, se trata de un crecimiento muy lento que mantiene a la comunidad autónoma con los niveles de riqueza más bajos del país, entre los más bajos del entorno comunitario y a distancia de lograr la convergencia con España y la UE.

En este sentido también los niveles de renta per cápita de los extremeños se han ido incrementando paulatinamente a lo largo de la presente década, aunque aún están lejos del resto del país. Basta mirar los ingresos medios anuales por hogar: en Extremadura son de 17.630 euros por familia, es decir, casi 5.000 euros menos que la media española y más de 1.000 euros por debajo de las comunidades del entorno (Andalucía, Castilla-La Mancha y Castilla y León).

A este bajo --pero creciente-- nivel de renta, se suma el hecho de que las pensiones son las más bajas, junto a las de Galicia, aunque los precios también son inferiores al resto de España. Quizá por ello, según revela el último estudio de la Fundación de Cajas de Ahorro (Funcas), Extremadura es la tercera comunidad autónoma con mayor cuota de ahorro familiar. Y la tendencia apunta hacia un aumento. Así, de acuerdo con este informe, cada extremeño ahorra al año una media de 1.800 euros.

Todo esto a pesar de que, debido a la continua escalada de precios de bienes de primera necesidad, las estimaciones hablan de que los habitantes de la región han perdido en los últimos dos años un 10% de poder adquisitivo. O lo que es lo mismo, disponen de 1.400 euros menos que en el 2005. El principal motivo: las subidas de las hipotecas, de la energía, del combustible y de los alimentos.

EL MOTOR DEL ´LADRILLO´ Precisamente una de las sombras que penden sobre la economía regional en los últimos años es su creciente vinculación a la construcción, un sector que los expertos consideran inestable, muy sensible a las turbulencias de los ciclos económicos y además caracterizado por la creación de un empleo de baja calidad. Esa creciente posición del ladrillo dentro del crecimiento extremeño se puede observar por su aportación al PIB autonómico. En este sentido, es el único sector que ha aumentado su peso entre el 2000 y el 2006, al pasar de aportar el 10% de la riqueza regional al 15%. Pero además, ya ha superado en este ámbito a la agricultura, la industria y la energía, todos ellos en una tendencia decreciente, mientras que el sector servicios mantiene su posición predominante.

El peso específico de la construcción también puede observarse a través del empleo. De hecho, en los dos últimos años se ha convertido en el segundo sector con mayor número de empleos (58.100) y de los más dinámicos a la hora de crear nuevos (13.000 en dos años, el doble que la industria).

Otra amenaza de la economía extremeña es la balanza comercial. Según los últimos datos de contabilidad regional, las exportaciones siguen manteniéndose por encima de las importaciones, aunque las diferencias cada vez son menores y el saldo positivo --el superávit-- se ha reducido entre el 2002 y el 2006, últimos datos disponibles.