La región ha vuelto a superar el umbral del millón cien mil habitantes, algo que no sucedía desde la década de los setenta, años en los que todavía miles de extremeños se veían obligados a emigrar fuera de la comunidad autónoma para poder ganarse la vida. Los datos definitivos del padrón municipal dados a conocer esta semana por el Instituto Nacional de Estadística (INE) sitúan la población extremeña, a fecha del 1 de enero del 2009, en 1.102.410 habitantes, lo que supone 4.666 personas más que las contabilizadas el año anterior. Con éste son ya siete los ejercicios consecutivos en los que Extremadura registra alzas en sus cifras de población, aunque esta vez el incremento ha sido más moderado que en el ejercicio precedente, cuando se ganaron 7.754 habitantes. Además, proporcionalmente, el crecimiento extremeño (de un 0,43%) quedó lejos de la media nacional (1,27%), y se situó como el segundo más bajo entre todas las comunidades autónomas españolas.

Así las cosas, la comunidad autónoma continuó creciendo en población a lo largo del 2008, pero no lo hizo de forma homogénea. Ni por provincias, ni por tamaño de municipios, ni siquiera por sexos. De esta forma, más de tres cuartas partes del incremento de población (3.531 personas) se ha concentrado en la provincia de Badajoz, un comportamiento muy diferente al registrado en la provincia cacereña, que apenas ha aumentado en 1.135 habitantes. Por lo que atañe a los municipios, la tendencia es distinta según su tamaño. Así, las dos capitales de provincia y la autonómica suben en conjunto en 3.273 empadronados, mientras que las cuatro localidades que se mueven entre los 20.000 y los 50.000 habitantes (Almendralejo, Plasencia, Don Benito y Villanueva de la Serena) también experimentan auges, con 2.173 nuevos ciudadanos en conjunto. La evolución es aún positiva en los pueblos de entre diez mil y veinte mil habitantes, que suben ligeramente (972 personas más empadronadas). Sin embargo, en el resto de municipios, los de menor tamaño, se perdieron 1.751 vecinos. Por sexos, el crecimiento es más del doble entre las mujeres (3.308) que entre los hombres (1.358).

GRANDES CIUDADES Badajoz, la ciudad más populosa de la región, también es la que más habitantes suma, con 1.502 empadronados más, lo que le permite rozar ya la barrera de los 150.000 habitantes (ahora está en 148.334). Algo más le queda a la capital cacereña para sobrepasar otro hito significativo, el de los cien mil habitantes. En el último año aumenta en 944 personas, y totaliza ya 93.131. Por lo que respecta a Mérida, también mantiene su crecimiento, con 827 nuevos vecinos (56.395 en total).

El resto de los principales núcleos de población extremeños también registran en su gran mayoría una evolución positiva. En la provincia de Cáceres, especialmente significativo fue el incremento de Plasencia, con 1.043 nuevos habitantes, pero también crecieron Navalmoral de la Mata (125), Miajadas (97) y Coria (28). Por contra, en Talayuela el número de empadronados cayó en sesenta individuos. Esta localidad del norte de Cáceres acumula ya tres años de descensos consecutivos en los que ha perdido más de una décima parte de su población (1.210 habitantes, hasta quedarse en 9.222). También Trujillo tuvo un comportamiento negativo, con 38 vecinos menos.

Por lo que respecta a los grandes municipios de la provincia de Badajoz, todos ellos registraron avances: Don Benito (457); Almendralejo (411); Villanueva de la Serena (262); Zafra (206); Villafranca de los Barros (155); Montijo (263) y Jerez de los Caballeros (60).

En cuanto a las localidades de menor tamaño, la tendencia generalizada es la de perder población, si bien también hay casos como el de Navalvillar de Ibor, que en únicamente un año ha crecido en 102 personas, cifra nada desdeñable si se tiene en cuenta que esto supone una cuarta parte de la población con la que inició el año anterior (402 habitantes).