La región será una de las primeras en ofrecer la nueva asignatura de Educación para la Ciudadanía. Así, Extremadura se ha sumado a la iniciativa de Andalucía y Cataluña y a partir de septiembre incluirá esta nueva asignatura dentro del bloque de materias que cursarán los alumnos del tercer curso de ESO. En años sucesivos, esta asignatura se impartirá también a los alumnos del último ciclo de Primaria y en un curso de Secundaria, con la finalidad de formar a los niños en temas como la solución de conflictos ante la violencia escolar, la convivencia con los padres, el medioambiente, los derechos humanos, el cambio climático, la inmigración o la democracia.

La creación de esta asignatura ha hecho que las editoriales se pongan en marcha para preparar el material didáctico que requerirá la disciplina. El autor de uno de sus libros de texto, el filósofo José Antonio Marina, califica esta asignatura como "animosa, práctica y que llevará al debate entre los adolescentes". Marina añade que la edad de los alumnos que recibirán esta asignatura el próximo año es "crucial" --14 y 15 años--, puesto que es cuando los chavales empiezan a tomar decisiones y a juzgarse. El filosofo asegura que la asignatura se ha diseñado con una estructura circular, ya que "se empieza explicando lo que es el ciudadano en la sociedad y se acaba diciendo que éste tiene que participar socialmente para que no haya disfunciones".

SIN RESPUESTA En cuanto a cómo se impartirá la asignatura en la región, EL PERIODICO EXTREMADURA solicitó esta información a la Consejería de Educación de la Junta, que no se ha pronunciado sobre esta cuestión.

Esta disciplina, que será evaluable, ha crispado los ánimos de algunos colectivos, que creen que esta materia puede interferir o suplantar el papel de los padres como educadores. Es el caso de El Foro de la Familia, que está promoviendo la objeción de conciencia por parte de los padres para que rechacen esta "iniciativa adoctrinadora hacia los alumnos, función que corresponde a los padres y no a los centros".

Precisamente, la plataforma ciudadana Chequeescolar.org promovió el pasado miércoles el primer caso de objeción de conciencia contra la asignatura por parte de los padres de una niña de Toledo, --en Castilla-La Mancha la asignatura se debate aún dentro del currículo para el próximo año-- que se oponen a que la niña reciba esta asignatura.

El colectivo Profesionales por la Etica, a través de su delegación regional, también se opone a esta nueva materia, porque "recorta horas a otras asignaturas relevantes, marca un signo laicista y supone una invasión moral del Estado", reivindicaciones a las que se une la Conferencia Católica Nacional de Padres de Familia y Alumnos (Concapa) o la Confederación Española de centros de enseñanza (Cece).

Para muchos profesores de materias como Filosofía o Etica, de realizarse lo previsto por los dirigentes socialistas se produciría en muy pocos años la desaparición del cuerpo de profesores de Filosofía de la enseñanza media española, principal destino profesional de los licenciados formados en las, hasta ahora, numerosas facultades de filosofía existentes en España. Frente a ellos, otros profesores a nivel nacional creen que ellos podrán impartir esa materia, por lo que tampoco es un problema.

CRITICAS DE LA IGLESIA Por su parte, la Conferencia Episcopal Española (CEE) arremetió con dureza contra la nueva asignatura de Educación para la Ciudadanía y animó a los padres a que se opongan a que sea impartida en las escuelas católicas. Los obispos advirtieron a la patronal de los colegios católicos (Fere), que engloba a 1,5 millones de alumnos y a nueve de cada diez centros religiosos, de que no deben incluirla en su currículo, ya que "contradice su carácter propio, informado por la moral católica".

Sin embargo, la Fere aprueba la materia, cuyos contenidos más polémicos --el matrimonio homosexual, el aborto o el divorcio-- han logrado limar tras "duras" negociaciones con el Gobierno. Según la patronal, el temario que tendrán que desarrollar las comunidades autónomas, aborda, entre otros, los desequilibrios mundiales entre ricos y pobres, el consumo responsable y el combate de las actitudes racistas y homófobas.